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BBVA vs SANTANDER O CÑ“MO EL DINERO LOS PREFIERE A ELLOS FRENTE AL ESTADO Y…A LOS ANALISTAS

Redacción - Martes, 06 de Abril

ilustracionBBVA y Santander han emitido deuda desde enero por 15.700 millones, más que el resto de entidades juntas y, además, sin el esfuerzo, que, por ejemplo, gasta el Estado con sus emisiones, hasta el punto de tener que acudir a los mercados asiáticos. Este hecho coincide, también, con las recomendaciones de venta de acciones de los bancos por parte de la mayoría de los analistas bursátiles ¿Bancos? No, gracias. Es el título de informes emitidos en los últimos meses. Enésimo divorcio entre unos y otros, entre el mercado sus agitadores, entre sus agitadores y el dinero de los ahorradores. Santander y BBVA han emitido deuda a un plazo de entre dos y siete años por importe conjunto de 15.700 millones de euros desde enero para afrontar vencimientos de deuda y cubrir sus necesidades de liquidez durante este año y el próximo. Este importe, superior a la deuda emitida por el conjunto de entidades financieras medianas y pequeñas españolas en lo que va de año, pone de manifiesto que los dos mayores bancos españoles se pertrechan de financiación en los mercados mayoristas para encarar lo que queda de ejercicio. Santander y BBVA tienen que hacer frente a vencimientos de deuda a lo largo de 2010 por un volumen total de 37.800 millones de euros, lo que significa la mitad del total de vencimientos para este año del conjunto de bancos y cajas de ahorros españoles.

El grupo cántabro ha emitido en los tres primeros meses del año deuda por importe de 10.000 millones de euros, tanto a través de Santander como de Banesto o de Abbey, y afronta vencimientos en el conjunto del año por 29.000 millones. BBVA emitió 5.700 millones hasta marzo y debe cubrir deuda en 2010 por 8.800 millones. El banco que preside Emilio Botín abrió este año el mercado de deuda bancaria privada el 5 de enero con una emisión de 2.000 millones de euros a tres años, y menos de dos semanas después, el 18 de enero, BBVA le siguió la senda con la colocación de cédulas hipotecarias por otros 2.000 millones a un plazo de siete años.

Según destacó a Europa Press la analista de IG Markets, Soledad Pellón, los inversores de deuda buscan valores con estabilidad por encima de lo habitual, “como Santander y BBVA”, y demuestran “una tremenda aversión al riesgo” que les ha hecho reducir la demanda de emisiones públicas, tanto por las dificultades que atraviesa la economía española como por el efecto contagio de la crisis griega.

La deuda bancaria come terreno al Tesoro

Los inversores “no se fían tanto del Gobierno, por eso las emisiones de deuda privada le comen terreno a la deuda pública. Se van cada vez más a valores que consideran mas solventes, como Santander y BBVA, que tienen mucho potencial de emisión de deuda”, indicó la experta, si bien precisó que las emisiones del Tesoro “se están colocando bien”. Pese a que el Banco Central Europeo (BCE) ha empezado a reducir las facilidades de liquidez, celebra esta semana la última subasta de la “barra libre” que dispuso para luchar contra la crisis de crédito, y es previsible que suba los tipos de interés en la recta final del año o principios de 2011, Pellón descarta que las emisiones de deuda de Santander y BBVA se vean afectadas.

“Ninguna de las dos entidades ha tenido que recurrir a las emisiones de deuda con aval del Estado”, por lo que, si emiten sin problemas sin contar con el respaldo del Reino de España, tampoco tienen obstáculo ninguno para colocarlas con normalidad si baja la demanda de deuda del Tesoro, resaltó la experta. Concretamente, Santander y BBVA han logrado colocar en el mercado una cantidad equivalente al 15% de las emisiones de deuda equiparables (las de bonos del Estado a un plazo entre dos y cinco años) llevadas a cabo por el Tesoro en lo que va de año, por importe de 104.421 millones de euros. Las emisiones bancarias de Santander y BBVA se han realizado, sobre todo, bajo la fórmula de deuda sénior y cédulas hipotecarias, respaldadas por títulos con garantía hipotecaria. 

...Claro que

La deuda de las entidades españolas con el Banco Central Europeo (BCE) ha alcanzado en lo que va de año el porcentaje más alto de la historia en relación a la deuda total del Eurosistema, hasta situarse por encima del 14% tanto en enero como en febrero.

En concreto, en enero y febrero los bancos españoles tenían el 14,28% y el 14,27% de la financiación total del Eurosistema, respectivamente, las tasas más elevadas de la serie histórica, que data de 1999. Sólo en octubre de 2009, las entidades lograron un porcentaje similar, el 14%.

Estos datos ponen de manifiesto que la banca española mantiene su nivel de dependencia del BCE pese a la apertura del mercado interbancario, ya que los bajos tipos de interés y los mayores requerimientos de capital obligan a las entidades a no bajar la guardia.

Aunque en enero y febrero las entidades situaron su deuda con el Banco Central Europeo por debajo del importe de meses anteriores, con 77.318 millones y 76.269 millones de euros, en cada caso, el porcentaje sigue siendo elevado porque la financiación al resto del Eurosistema ha descendido más que la de los bancos españoles.

En concreto, en enero, la financiación al Eurosistema descendió en 34.000 millones de euros respecto a diciembre, mientras que la de la banca española creció en 1.000 millones. En febrero, la financiación del Eurosistema cayó en 7.000 millones, de los que 1.000 millones correspondieron a la banca española.

La demanda de las entidades españolas se incrementó de manera notable en la segunda mitad de 2008 por la crisis “subprime” y desde entonces no ha parado de crecer en tasa interanual, aunque en ocasiones registra variaciones a la baja si se compara mes a mes.

El porcentaje de la deuda española respecto a la total del Eurosistema se mantuvo por debajo del 10% hasta el año 2003, cuando la banca española elevo hasta el 11% la petición de financiación durante algunos meses.

Tras ese año, el porcentaje de deuda se situó de nuevo por debajo del 10% hasta 2008. En abril de ese año, la petición de financiación comenzó a crecer y superó los 50.000 millones a partir de septiembre, cuando la caída de Lehman Brothers recrudeció la crisis de liquidez.