La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

GREENSPAN NINGUNEA A BERNANKE, ENCIENDE LA MECHA Y LOS MERCADOS ARDEN ¿CRASH?

Moisés Romero - Miercoles, 28 de Febrero

green_zarpazo

Lo que circulaba en la tarde noche de ayer en los cenáculos de media España, la que tiene metidos sus euros en Bolsa, no era tanto la caída experimentada como la duración de la misma, su profundidad. Principio de una corrección más severa, según los pesimistas. Alto en el camino, siempre saludable para reponer fuerzas, a decir de los optimistas. El zarpazo letal vino cuando nadie lo esperaba, pero alguien despertó al tigre de su siesta ¿No había dejado Alan Greenspan ya de ejercer como mago de la Reserva Federal de Estados Unidos para dedicarse al lucrativo negocio de las conferencias? Greenspan ya no preside la Fed, pero sus palabras, cuando son inteligibles, causan estragos. El viejo Alan ha dicho que la recesión ya está en marcha en Estados Unidos, justo lo contrario de lo que dijo el actual presidente de la Fed. Greenspan encendió la llama en China y el viento propagó el fuego al resto del mundo. El martes se tiño de rojo. El miércoles apunta peor.

 

Bernanke, que es el sustituto de Alan Greenspan en la presidencia de la Reserva Federal de Estados  Unidos, ha dibujado en las últimas semanas un mundo económico próximo a la perfección, casi idílico. Sólo le preocupa un cierto alboroto inflacionista que, no obstante, puede ser corregido en los próximos meses. El crecimiento económico, según Bernanke, está cerca de los promedios históricos, que es interpretado como un signo de vigor, después de la exuberancia de los últimos años. Tampoco se ha mostrado preocupado por la burbuja inmobiliaria, ya muy desinflada en Estados Unidos a su entender. O sea, Bernanke transmite sosiego y bienestar.

El ahora conferenciante Alan Greenspan ha ninguneado a su sucesor en dos grandes ocasiones en apenas seis meses. Primero advirtió de los perniciosos efectos colaterales del estallido de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos y alborotó el gallinero de la Bolsa. Ahora, el discurso sobre el estado de salud de la economía de la primera potencia del mundo es diferente al de Bernanke y dice que la recesión ya está instalada en algunos sectores de la vida económica estadounidense.

Refrenda la tesis de Greenspan el dato referido a la demanda de bienes duraderos. Ayer se conoció que han caído un 7,8% en enero tras la subida del 2,8% anterior La demanda de pedidos sin defensa, que se esperaba una ligera subida, también retrocede un 7,8% (+4.0 % anterior). En este último caso se trata de un descenso histórico durante este mes. Sin transporte, baja un 3.1 % desde la subida del 2.6 % anterior. Los expertos ya han advertido de la coincidencia en estos momentos en Estados Unidos entre bajo capex y descensos en los inventarios. Este proceso se profundiza en enero, lo que obliga a revisar  a la baja el crecimiento económico previsto para los tres primeros meses del año.

El tigre asiático ha sido el primero en despertar, con una caída antológica el martes (9%) de la Bolsa de Shanghai, la más abultada en 10 años. "La principal razón de la caída ha sido la presión por recuperar beneficios", decía muerto de miedo el analista de Shanghai Securities, Peng Yunliang. "La gente ve los 3.000 puntos como un punto de referencia. Es comprensible que puedan querer retirarse después de que el mercado alcance ese pico", señaló.

O sea, mal de altura, esa cantinela que venimos repitiendo en las últimas semanas y que algunos definieron como el síndrome del Titánic. Vértigo, porque los precios de las acciones chinas se duplicaron el año pasado tras la enorme afluencia al mercado de nuevos inversores, atraídos por las reformas aplicadas por el gobierno. Pero el mercado chino se ha vuelto extremadamente volátil. Ya en enero sufrió también una importante caída, la mayor en casi dos años, que extendió el temor a la existencia de una posible burbuja especulativa.

¿En España? ¿Hasta dónde? ¿Cuánto? ¿Cómo? Ayer las pérdidas se generalizaron, sin distingos, en un movimiento gregario, como siempre. Unos dicen que el Ibex puede rebotar en los 13.000 puntos. Otros, que la fiesta del ladrillazo ya ha terminado. Sólo los sabios más viejos dicen que la Bolsa abre y cierra sus puertas todos los días. Consideran que, al menos a corto plazo, la Bolsa española realizará los mismos movimientos que el resto de los mercados internacionales. Como lo vivido ayer. Como lo que se vivirá, quién lo soporte, hoy.