La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Mal vamos

Santiago Niño Becerra - Jueves, 21 de Mayo

La asamblea anual de la Patronal Madrileña del pasado día 6 de los corrientes pienso es un magnífico ejemplo de que las cosas van mal, muy mal, y aún peor: quienes más responsabilidades tienen menos quieren hacer para preparar lo que está llegando, para prepararse -para prepararnos- para lo que está llegando. Y vaya por delante que no me estoy refiriendo al comentario involuntario del presidente del CEOE en relación a las culpas del Presidente del Gobierno, ¡que va!; se pone el acento en lo circunstancial y se pasa por alto lo importante.

Vamos a decirlo alto y claro. Si el empresariado español, las mujeres y hombres que están generando y que han de generar desde la oferta la mayoría del PIB del reino creen que la solución a los problemas de la economía española se halla en la bajada de impuestos, la reducción del gasto público, la liberalización de la economía y la flexibilización del mercado laboral, si de verdad creen que reduciendo el papel del Estado y abaratando el despido España va a volver a ir bien, si de verdad lo creen, España tiene un problema muy, pero que muy grave.

Lo tiene porque, por un lado, el dictamen es erróneo: el problema de la economía española, su verdadero baldón, es la estructura de su PIB: un PIB centrado en el medio y bajo valor añadido, y en el corolario de eso: en la baja productividad de la economía española. Y solucionar ese problema depende del empresariado, no de las trabajadoras y trabajadores que entran a las 08:00 y hacen los que les dicen que han de hacer.

Si es verdad que el empresariado cree eso significa que no es consciente de que eso, de entrada, sólo se arregla con inversión, y la inversión depende de él. ¿Por qué en esa asamblea nadie dijo que sobre la productividad media de la UE (toda) la de la economía española había caído 4,1 puntos entre 1998 y el 2007 a pesar de que en términos reales, entre los mismos años, el salario medio tan sólo había aumentado el 0,9%?. ¿Por qué nadie dijo eso?.

ilustraciónLo mejor del caso es que los sindicatos lo tiene chupao para criticar y zaherir a los empresarios en el caso de que quieran hacerlo: que les echen en cara su bajo nivel de inversión, su política conservadora en términos de mejoras de productividad, el que siempre mantengan el mismo mensaje de ver la paja en el ojo ajeno e ignorar la viga en el propio. ¿Qué por qué no lo dicen?, pues porque eso tiene consecuencias, para ellos también, y es mejor continuar con un mensaje conocido.

Volviendo al empresariado. Si esta es la postura, si este es el mensaje con la que y con el que las generadoras y los generadores de PIB desde la oferta van a afrontar lo que se nos está viniendo encima, estamos apañaos.

(Se están tomando medidas, se bajan los tipos, se inyectan billones de dólares en entidades financieras problematizadas, se socorren entes locales, países, economías; y todo eso, todas esas medidas, se aceptan como correctas, convenientes y certeras. Pero, ¿lo son?, ¿alguien puede asegurar que con lo que se está haciendo se va a evitar la crisis sistémica antes la que nos encontramos. Yo, y otros, hemos dicho que no, pero no he oído a nadie que dice aprobar lo-que-se-está-haciendo decir que sí. Y nadie se lo ha preguntado. ¿También aquí debe aplicarse el silencio administrativo?).

Cambio de escenario, no de tema. Leído en Le Monde: “Le Prix Nobel d’économie 2008 est perplexe sur l’évolution de l’économie américaine”; esto lo decía el medio francés en relación a unas declaraciones efectuadas por Paul Krugman el pasado Martes. Mi lectura: el Nobel se refiere en términos muy políticamente correctos a lo que parece algo alucinante: caídas de todo que, de pronto, vuelve a subir. La pregunta es, ¿suben realmente?.

El arranque de esta historia se halla en USA y en los bancos USA. Desde 1945 las economías desarrolladas han ido a remolque de USA, desde 1991 todas las economías han ido a remolque de USA; no lo critico: así se montó y así se aceptó. Cuando en 2007 las cosas empezaron a torcerse todo el mundo miró a USA, y desde la quiebra de Lehman, a USA nadie le quitó la vista de encima. Cuando allí empezaron con los planes-de, en el resto del mundo también; cuando allí se dijo que a los bancos se les harían pruebas de estrés, en Europa se dijo que algo así también se haría; cuando las Bolsas subieron en USA empujadas por el convencimiento de que el Estado iba a continuar inyectando pasta, fuera de USA también; cuando las Bolsas continuaron subiendo debido a los maravillosísimos resultados que los tests de estrés USA estaban mostrando, también en el resto del mundo; cuando allí tralarí, tralará, aquí también.

No, no piensen en cosas raras, es así porque, 1) a USA le conviene que así sea, y 2) al resto de países también. El problema es que es como pescar en un barril. En USA se están tomando decisiones convenientes a partir de análisis de los que dudan quienes los conocen, pero se cree en ellos porque en ellos se quiere creer, porque se necesita creer en que ESTO es EL milagro. Y en el resto del planeta, también.

Es peligroso pensar así, creer eso y actuar de ese modo porque la economía y la sociedad no están como nos cuentan que están. Y se sabe, y Krugman lo sabe, por eso está perplejo, pero aún conviene creer, pensar y hacer lo otro. En USA, y aquí también.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.