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Ocupados, que no profesionales

Santiago Niño Becerra - Jueves, 24 de Junio

Hace unos días recibí un mail de una lectora, contaba varias cosas, entre ellas esto:ilustración

“(...) Yo expectante ante todo lo que está pasando. (...) han echado a un chico de taller que llevaba trece años y cobraba 1.300 euros netos, han cogido a un eventual que ya estuvo aquí, inglés, contratado como peón, con un salario neto de 680 euros pagas incluidas, con contrato pero sin convenio (...)

(...) Uno de los diseñadores se ha ido la semana pasada, llevaba tres años y cobraba netos 1.000 y poco. En su sitio va a venir viene un chica. El contrato que yo misma he mandado hacer a la asesoría es de peón igual al del inglés con los 680 euros pagas incluidas, cuando por su categoría le correspondía un salario de 1.300, y la chica ha aceptado.

(...) Lo único que veo son refinanciaciones, y ya empiezan a haber problemas y rencillas porque la empresa dicen los socios que no da, que solo da perdidas. No se, sigo mirando pero lo que encuentro es mucho peor. (...)”

El mismo día que recibí el mail que les he transcrito me contaron el caso de una chica que da que pensar. Es licenciada en arte, con un expediente de impresión plagado de sobresalientes. Cuando acabó hace unos años entró en una galería de arte en la que hacía más de comercial que de experta, a finales del 2008 le redujeron su remuneración, y a principios del pasado año ella misma decidió irse aburrida de lo que poco que estaba haciendo.

¿Dónde se fue?, pues a hacer a hacer un poco de todo a una gran librería. Allí, según parece, tenía cosas que hacer, muchas, y le remuneraban mejor que en la galería, y así estuvo varios meses, hasta que alguien le habló de que iban a ser convocadas plazas para de auxiliar para un organismo público, convocatoria que ganó y plaza que ya ha ocupado. Me dijeron que está contenta, aunque su desempeño profesional muy poco tiene que ver con su formación.

Son sólo un par de casos, pero pienso que significativos. Subempleo, subremuneración, en todos los casos precariedad, inadecuación del desempeño profesional con la formación obtenida. No puede dejar de acordarme de una cita que he utilizado en innumerables ocasiones, una cita de la que posiblemente haya sido la mejor economista de la breve historia de esta profesión: Joan Violet Robinson:

“Si no existiese ningún sistema regular de subsidios de paro -o de ayuda a los pobres que sea preferible al suicidio-, un hombre que se quede sin trabajo debe ganarse la vida como sea. (...) Por lo tanto, salvo en condiciones peculiares, una caída de la demanda efectiva que reduce, a su vez, la oferta de empleo en las industrias establecidas, no conducirá al desempleo en el sentido de la inactividad total, sino que obligará a los desempleados a llevar a cabo diversas actividades: vender cerillas en el Strand, cortar leña en el bosque, cultivar patatas en sus huertos particulares (...), es natural calificar estos empleos inferiores como el desempleo encubierto”. Es un fragmento de su obra “Essays on the Theory of Employment”, publicada en 1937.

Ya, ya, Joan Violet Robinson era keynesiana, y uno de los objetivos del keynesianismo era liquidar el subempleo, por aquello del crecimiento potencial. La Gran Depresión aguzó un problema, el del subempleo, que ya era una lacra ... a las puertas de una crisis sistémica. Por eso el cambio sistémico que trajo nuevo modelo fue en la dirección apuntada por Joan Violet Robinson: acabar con el subempleo, y a partir de ahí en lo que hemos acabado: otra crisis sistémica generada por la evolución de los remedios que entonces se pusieron en marcha para salir de aquella crisis.

Bien, todo lo anterior era para llegar a esta pregunta: se llegó al pleno empleo para crecer al mayor ritmo posible lo más alto posible, y se logró, pero las consecuencias han sido deuda impagable, dependencia de un crédito que ya se ha agotado, armarios repletos de cadáveres financieros, desperdicio de recursos, y una población activa inocupable. ¿Será el subempleo algo consustancial a la raza humana o es que, pura y simplemente existe en cada momento un nivel óptimo de población que en muy raras ocasiones se alcanza?.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.