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Otro Septiembre Ѣ€“ 1

Santiago Niño Becerra - Jueves, 20 de Agosto

Ya hace dos años. Fue en Septiembre del 2007, las sumprime, si: el principio: el principio de la precrisis por la que hemos estado navegando hasta llegar, ¿a dónde, a dónde hemos llegado?.

Septiembre del 2007 ... En Octubre del 2007 el Gobierno del Reino de España (por hablar de aquí) dijo que, en el 2008, la economía española crecería a una tasa del 3,5%, de hecho ese fue el porcentaje que se tomó para elaborar los presupuestos del año 2008; luego el INE nos dijo que en el 2008 el PIB del reino había crecido el 1,2% y que la economía española se halla en recesión tras crecer el -0,24% en el tercer trimestre y el -1,0% en el cuarto, a partir de ahí, la caída. Y, ¿dónde estamos ahora?, y, ¿a dónde vamos?.
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Las cifras: toneladas, siempre, pero ahora más, y gráficos: a miles, y está bien, pero hay cosas muy simples que siempre han estado ahí: las tendencias y los intentos de romperlas. La tendencia apunta hacia abajo

Partamos de LAS bases siguientes (hay que partir, pienso, de las bases siguientes):

- Todo lo que se está haciendo, todas las medidas que se están tomando, todos los mensajes que se están transmitiendo, todas las políticas que se están adoptando están orientadas a “volver a lo de antes”. La tesis que se ha planteado, el objetivo, la prioridad, el sueño, es regresar al momento anterior a cuando todo en entramado económico-financiero empezó a degradarse, de hecho ese regreso es lo que las poblaciones desean, de ahí el milagro que esperan, deseo y esperanza que están siendo alimentados por Gobiernos e instituciones. Bien, la primera base, la esencial, que debe asumirse es que es absolutamente imposible ese regreso, que es completamente imposible “volver a lo de antes” tanto porque ese antes es un pasado irrepetible, como porque los mecanismos que lo propiciaron ya no pueden volver a ser reproducidos al corresponder a una situación superada; de ahí el agotamiento en el que el sistema ha entrado.

- Por lo anterior, no es operativo utilizar las mismas herramientas que se han estado utilizando en momentos pasados para alcanzar y alimentar el boom vivido, porque esas herramientas, a) han contribuido a generar el problema en el que nos hallamos: han causado el agotamiento en el que el sistema ha entrado, y b) son herramientas que estaban diseñadas para construir un boom y mantenerlo, no para funcionar en una depresión, en una situación depresiva, contractiva, de caída, de estancamiento.


- En consecuencia, las medidas de choque (de estímulo, de reactivación) que se están implementando tan sólo están sirviendo para “ganar” tiempo (“ganar”: ¿a quién?, ¿para qué?): unos meses, unas semanas; en el mismo instante en que ese flujo -ficticio: apalancado- decrezca, ese cierto stand by en el que el sistema ha entrado finalizará porque en el depósito ya nada entrará y, sin embargo, por sus agujeros saldrá todo lo que previamente haya entrado: repasemos lo sucedido en USA en 1936 / 1937. 

- El vocablo que se está utilizando en y por la mayoría de gabinetes de estudio, técnicos gubernamentales, expertos institucionales, es “arreglar” (aunque la palabra en si no se pronuncie), de ahí los planes de ayuda, de estímulo, de salvamento; poquísimos de esos gabinetes de estudio, técnicos gubernamentales, expertos institucionales están pensando en “sustituir”: en cambiar lo agotado por algo nuevo.

- Porque no lo olvidemos, en una crisis sistémica la solución está en lo nuevo, en el cambio: una crisis sistémica no conserva, ni renueva: sustituye; una crisis sistémica ni siquiera es schumpeteriana, ni darwinista: no hay innovación, ni destrucción, tal y como fueron definidas; tampoco hay evolución, ni adaptación, lo que hay es resolución y cambio radical; es decir, sustitución, remoción.

En un contexto como ese, hasta la criatura más inocente y angelical acaba dándose cuenta de que Santa Claus no existe y de que los Reyes Magos tampoco traen los regalos una noche de Enero. La gente, el pueblo, las empresas que ahora se lo creen, acabarán dándose cuenta de que las medidas que se han estado tomando para “solucionar la situación” no sirven, de que los planes de ayuda, de estímulo, de reactivación, no funcionarán más allá de lo que alcance la pasta -virtual: avales, deuda- con la que han sido dotados. Una anfetamina estimula, un rato, pero no cura las causas del cansancio crónico.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.