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Reforma Laboral -1

Santiago Niño Becerra - Martes, 15 de Junio

ilustraciónEl pasado día 2 dijo el Presidente del Gobierno del reino que la reforma laboral sería aprobada el próximo Miércoles 16, "se produzca acuerdo o no" entre los agentes sociales (El País 02.06.2010), porque "el mercado "necesita señales de calma y confianza" desde España" (misma fuente); también manifestó que "la reforma laboral es "necesaria" para ayudar a crear empleo, a reducir el paro, y a favorecer la contratación estable" (misma fuente también).

Mientras leía esta noticia me vino a la mente un chiste muy antiguo, mucho; decía lo siguiente.

Un señor entra en un estanco y pregunta a quien atiende:
- Buenos días, ¿me da un paquete de cigarrillos?.
El estanquero le mira detenidamente e inquiere:
- ¿Rubio o negro?
Y cliente responde:
- Rubio.
El estanquero impertérrito vuelve a preguntar.
- ¿Peninsular o canario?.
A lo que el parroquiano ya un poco molesto contesta:
- Canario.
Sin inmutarse el vendedor de tabaco insiste en su interrogatorio:
- ¿Corto o lago?
A lo que casi grita el ya excitado visitante:
- Largo.
Pero el tendero no cesa en sus preguntas:
- ¿Con filtro o sin filtro?
Al borde de la extenuación dice quien pide:
- Con filtro.
Pero quien pregunta sigue:
- ¿Paquete duro o blando?
- Duro, grita ya fuera de sí el foráneo.
El estanquero, encogiéndose de hombros exclama:
- Lo siento, no tenemos.

De alguna manera, pienso que lo que sucede con la Reforma Laboral (así, en mayúsculas) es como ese chiste que acaban de leer. Por un lado, la misma legislación: ¡la misma! que en el 2007 alcanzó una tasa de desempleo que algunos calificaron de “cercana al pleno empleo” (7,95%: si Lord Keynes levantase la cabeza ...) es ahora vilipendiada como obsoleta e incapaz de crear empleo (es curioso: nadie de la oposición ha preguntado el motivo); por otro, se insiste en la generación de demanda de trabajo por decreto: si se pone en marcha una reforma laboral que toque esto y aquello se creará empleo, es decir, la demanda de trabajo continúa siendo función de los costes laborales. ¡Vaya!, si se reducen los costes laborales va a ser más necesario el factor trabajo.

Entonces, ¿qué pretende la Reforma Laboral, pues algo muy simple: demonizar al factor trabajo; es tan simple que es genial. El factor trabajo cada vez es menos necesario porque es necesario que la productividad aumente a fin de reducir consumo de recursos; eso sucede en todas partes, pero en economías como la española los efectos de algo como esto son doblemente horribles: por un lado el modelo productivo español es, históricamente, ultraintensivo en factor trabajo, por otro la mayoría del empresariado español no ha invertido ni invierte para mejorar su productividad porque no le hace ninguna falta.

Entonces, ¿cuál es la salida más fácil a un modelo económico -el español- que cada vez va a menos porque cada vez menos demanda va a tener eso-de bajo-valor-intensivo-en factor-trabajo que ofrece?, pues ... demonizar al factor trabajo español; porque es el mercado de trabajo español tiene la culpa de la baja competitividad de la empresa española, de la alta tasa de temporalidad existente en España, de que los salarios reales no se hallen vinculados a la productividad. Ese es el mensaje que se está instalando para justificar la Reforma Laboral cuyo primer acto se va a aprobar el próximo Miércoles.

Es muy curioso porque de la verdadera culpa de ese mercado español de trabajo no habla nadie, y, ¿saben cuál es?, pues que los sindicatos, conociendo mejor que nadie que el modelo económico español se basaba históricamente en el subempleo, en el paro encubierto, en la economía sumergida, en el ladrillo, en el bajo valor, en el absentismo, y en la horas extras, en resumen, en la subutilización del factor trabajo y en la baja productividad, históricamente, insisto, hayan callado durante décadas, haciendo bueno aquel refrán catalán que dice que “quien pasa los días, empuja los años”, sin tensiones, añado yo.

Ahora se está dando una de las últimas vueltas de tuerca que aún quedan: el abaratamiento de los costes laborales por la vía del despido a la vez que éste, el despido, se facilita. Porque en su fuero interno, pienso, los hacedores de la Reforma Laboral saben que van a sobrar cientos de miles de integrantes de la población ocupada, por lo que tiene que ser fácil y barato prescindir de ellas y de ellos, pero pintando todo de rosa: diciendo que es necesario que se reduzca la temporalidad. Volveremos sobre esto, de momento quédense con una cosa: esta Reforma Laboral, sigo pensando, no va a reducir el desempleo porque no busca eso, ¿por qué?, pues porque cada vez se va a necesitar menos factor trabajo, en todas partes, menos aquí, aún menos, por eso se apuestan por los costes laborales a la baja: ¿asiatizar el mercado de trabajo español?.

Vale, OK: España va a tener que exportar compitiendo (?) en costes laborales, entonces, ¿cuál es el nivel de costes laborales que en cada momento maximiza el nivel de ocupación según la realidad económica de ese momento?, es decir, sería como una NAIRU pero con costes laborales y empleo, algo que podría denominarse la YDACRE: Yes Des-Accelerated Cost Rate of Employment. Lo malo, pienso, es que hoy la demanda de trabajo no es función de los costes laborales sino de otras cosas como de la tendencia evolutiva de la deuda total y la de la productividad. Y volvemos al principio.

(En relación a la veracidad de esas informaciones que están circulando y que dicen que va a hacer falta rescatar a España (otra cosa es que se pueda) porque España está fatal, simplemente háganse una pregunta: ¿va a poder España pagar lo que debe cuánto le toque pagarlo?. “Lo que debe” = “Lo que debe el Estado, los Ayuntamientos, las Regiones, las familias, las empresas y las entidades financieras”. ¿Podrán pagarlo?. La respuesta a partir del 30 de Junio: cuando España deje de ser presidenta de turno de la UE; entonces ...).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.