La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Se necesita !

Santiago Niño Becerra - Jueves, 21 de Agosto

Titulados universitarios cualificados. Diez mil, se dice; o más. Ingenieros, matemáticos. ¿Lo han investigado?, yo síт­, no mucho, la verdad, pero algo, si.

No es un tema nuevo: he estado hablando con dos ingenieros con experiencia, ingenieros de los “de verdad”: con su proyecto presentado y aprobado, colegiados, es decir, de los que pueden firmar. Uno ingeniero de telecomunicaciones, el otro, de caminos. Y lo que me han dicho me ha llevado a la siguiente conclusión: hacen falta ingenieros con experiencia ! a 1.500 euros netos mensuales por 14 pagas, y que estén dispuestos a viajar a donde haga falta durante una o dos semanas, y a retocar un proyecto en un fin de semana, y a estar una semana durmiendo tres horas diarias (literal). Esos ingenieros son los que hacen falta. (¡Ah!, y con Inglés perfecto, claro, pero es que eso ya se da por supuesto).

Luego, muchas expertas y muchos expertos en sociologíт­a del trabajo se llenan sus bocas hablando de la conciliación de la vida laboral y familiar, del precio justo de trabajo, de que la universidad no enseña lo que la vida profesional requiere. A la vez, otras expertas y otros expertos (o las mismas y los mismos) hablan del envejecimiento de la población y de las futuras necesidades de profesionales que la UE en general, y el reino en particular, tendrán en un futuro.

Hagan la cuenta. 1.500 euros netos mensuales en 14 pagas resulta un precio hora de 11,93 euros, el precio de una empleada doméstica contratada en negro; a ese precio son necesarios ingenieros, españoles o inmigrantes, tanto da. Si “las/los de fuera” saben hacer lo que han de hacer, genial, si no ya lo aprenderán; porque esa es otra historia: los ingenieros con los que hablé ya me explicaron las carencias de algunos de “los de fuera” con los que habíт­an tenido que compartir proyectos; pero tanto da: el proyecto se acabará, y lo acabará quien sea.

Y, ¡ojo!, esa remuneración es para una profesión necesaria, para profesionales que son requeridas y requeridos, para desarrolladores de profesiones con futuro. ¿Qué es lo que sucede?, ¿por qué ese precio de empleada doméstica?. Por lo que nos dicen, no es porque la oferta sea superior a la demanda, al contrario; no es por su baja calidad, ¡que va! (los ingenieros que esto me contaron no cesan de trabajar); entonces, ¿qué justifica esa remuneración?.

La evolución económica y social ha llegado a un punto en el que, independientemente del nivel de cualificación de la/del profesional, e independientemente de la oferta de profesionales, el precio es el que es porque el precio lo fija, no el mercado, sino los costes de producción. Se parte de la base que una ingeniera o un ingeniero (o cualquier otra titulación) con los conocimientos necesarios y con el reciclaje conveniente (una/un teleco, a los seis meses de finalizar sus estudios ya se ha quedado obsoleta/o si no se ha reciclado de forma continua y permanente) ha de hacer tales y cuales tareas, tareas que se encuadran en unos desarrollos, en gran parte estadarizados, cuando surgen problemas alguien del equipo lo resolverá. Y ese paquete, en el reino, ha de tener un precio de 1.500 euros netos mensuales por 14 pagas, sea la nacionalidad de la ingeniera o del ingeniero española, argentina o húngara, y sea su experiencia dilatada o dilatadíт­sima. Ascender de precio no lo logrará por su saber hacer, sino porque se le encarguen tareas que, posiblemente, muy poco tengan que ver con la ingenieríт­a.

¿Nos extraña encontrar ingenieros en tareas comerciales?, no deberíт­a. Si el sistema vigente en España ha llegado a la conclusión de que la remuneración correcta para las personas que han cursado algunas de las titulaciones con más dificultad que cursarse puedan, con experiencia profesional, ha de ser 1.500 euros netos mensuales por 14 pagas, ¿por qué nos extrañamos al encontrar ingenieras e ingenieros en el mundo de la publicidad, o del marketing, o de la comercialización?.

Supongo que si es asíт­, asíт­ tendrá que ser, pero, también supongo, que algo está sucediendo, algo insano. Aunque claro, mientras que la oferta de lo que sea acepte lo que la demanda ofrezca y mientras quien sea resuelva lo que haya que resolver, pues 1.500 euros netos al mes por 14 pagas.

(En otro orden de cosas (¿si?) Francia, de nuevo, ha puesto el dedo en la llaga (no lo duden: es el espíт­ritu revolucionario): la economíт­a de la UE no va y a nivel individual: de paíт­s, nada potable se puede hacer (M. Fillon sabe que a nivel de la UE tampoco, pero él tiene que decirlo). Lo verdaderamente revolucionario reside en que la idea está expresada pensando en global: viene algo tan terrible, deberán tomarse medidas tan tremendas, que si todos vamos de la mano no será tan complicado.

En el alegato del Primer Ministro de la República hay otra cosa verdaderamente revolucionaria: admite que la productividad de bastantes compañíт­as francesas es baja, es decir, insuficiente; ¿cuántos primeros ministros han admitido eso ante los medios?; aunque como políт­tico que es mete la pata en algo que es de pizarríт­n: M. Filllon, que no, que la definición de “recesión” ya no significa nada; que para la ciudadaníт­a, estar en recesión significa no poder seguir haciendo lo que hasta hace un año se le permitió hacer, y que eso es lo que, fundamentalmente, ha estado generando PIB. En fin, ya saben: “Cuando las barbas de tu vecino !”).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.