La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Septiembre - 5

Santiago Niño Becerra - Lunes, 06 de Agosto

Continuación.

El períт­odo Enero del 2008 - Octubre del 2009 será un períт­odo bisagra en el que el objetivo único será el “alargamiento de lo que se tiene” a fin de “no perder lo que hay” y que dará lugar a que se lleven a cabo reducciones generalizadas en todos los órdenes víт­a la aplicación de recortes manifestados en auténticos y masivos “tijeretazos”, aunque dependiendo del uso que se pretenda dar a los recursos, es decir, de la utilidad que vaya a tener lo que se pretenda hacer con los recursos que se precise utilizar. Las valoraciones que en este períт­odo se realicen de la situación concluirán con un “¡aún aguantamos!”.

Es decir, en dicho períт­odo, se acentuará el sentimiento de que lo único importante es la supervivencia, por ello, la confianza decaerá y las creencias, todas las creencias y las ilusiones, se tambalean. Los puntos de vista, las percepciones, se tornarán mucho más utilitaristas, por lo que el mensaje de los políт­ticos variará, pasándose a un entorno de “menos hablar y más hacer”.

Las tendencias minimalistas se acentuarán y, definitivamente, se pondrá fin a la idea de que un tíт­tulo universitario o, incluso, de postgrado, es garantíт­a de empleo; en su lugar se producirá una importante y rápida expansión de la idea de que lo fundamental son aquellos conocimientos -adquiridos no importa cómo- que estén orientados hacia lo que sea “útil”, es decir, que sirvan para profundizar en la practicidad de las cosas y para diseñar y elaborar bienes y servicios que sean prácticos.

Fondos para realizar inversiones, contrariamente a lo que podríт­a parecer, no van a faltar, aunque no para invertir en cualquier aventura incierta. La pregunta que toda institución, pública o privada, se planteará cuando se halle ante una solicitud de inversión será: “¿para qué va a servir lo que vaya a obtenerse de esta inversión?”.

Este enfoque eminentemente práctico, orientado a la operatividad y en líт­nea con el nacimiento de una nueva filosofíт­a, hará que valores defendidos en la fase anterior, decaigan o, incluso lleguen a desaparecer. En esta líт­nea, la ética, tal y como desde hace años está siendo entendida, con toda seguridad modificará su enfoque y su mensaje. Asíт­ mismo, y por la misma razón, se producirá un retroceso de las posturas y de los movimientos basados en los fundamentalismos religiosos.

Uno de los aspectos que con más fuerza se pondrán de manifiesto será la eclosión del concepto de “Responsabilidad” que pasará a ser considerado el valor fundamental de esta fase, de tal modo que el “ser responsable”, el “sentirse responsable”, el “poder ser responsable”, el “hacerse responsable”, se convertirán en elementos centrales de cualquier actuación. Por ello, y en esta búsqueda de la utilidad, serán pedidas responsabilidades a quienes fallen en el ejercicio de su responsabilidad.

Las circunstancias y la evolución de los acontecimientos llevarán, rápidamente, a la conclusión de que gran parte de la solución se halla en la delimitación de los diferentes aspectos de las realidades económica, social y cientíт­fica, lo que pondrá en marcha un proceso semejante, en sus principios, a las Enclosures iniciadas en Inglaterra en el tercer cuarto del siglo XVIII, por ello serán promulgadas un gran número de normativas regulatorias.

Hacia finales de Octubre del 2009, la sensación generalizada será la de que se está en el buen camino para solucionar los problemas, de que las medidas que se han están adoptando están dando sus frutos, aunque en un entorno de escasez y totalmente alejado de la percepción actual que se tiene de las cosas; esta sensación vendrá dada por el hecho de que aunque los recursos serán escasos, a base de regulaciones y sacrificios, puede disponerse de aquello que sea imprescindible.

Mañana sigue.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.