La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

Septiembre - 6

Santiago Niño Becerra - Martes, 07 de Agosto

Continuación.

A partir de Octubre del 2009, y debido a la sensación de que se está en el camino de la recuperación, se pone fin a las políт­ticas restrictivas y minimalistas, a la vez que toma cuerpo la idea de que algo nuevo es preciso, de que una nueva idea es necesaria, para salir de la situación en que se halla el planeta, por ello se realizarán serios intentos de aumentar la cooperación a nivel internacional que tanto habíт­a sido restringida en meses anteriores.

Sin embargo, entre Octubre del 2009 y Mayo del 2010, dramáticamente se irán poniendo de manifiesto las contradicciones existentes entre la filosofíт­a del actual sistema, el nuestro, con la idea de supervivencia derivada de la escasez real de recursos. En gran medida debido a estas contradicciones, se irá extendiendo la percepción de que “las cosas no funcionan” tal y como, en base a la actual filosofíт­a, deberíт­an funcionar.

La Gran Depresión es uno de los mejores ejemplos que existen de la combinación de dos de los peores aspectos que pueden darse en una economíт­a: la sobreproducción y el subconsumo. En Enero 2010 se producen las primeras manifestaciones evidentes de que una crisis está muy próxima, una crisis que no tiene sus bases en un sobreconsumo no satisfecho por una oferta limitada, sino en la escasez, tanto de recursos productivos como de capacidad de compra. Este es uno de los aspectos que harán semejantes las crisis de 1929 y del 2010 una vez se produzca el estallido de esta.

A partir de Mayo del año 2010 se producirá una degradación acelerada de la situación. Se vive al díт­a y no existe ningún tipo de apoyos externos, por lo que el “que cada palo aguante su vela” se hará ley.

Debido a la entrada en crisis de los elementos fundamentales de nuestro sistema, se llega al agotamiento de la capacidad de competición, el espíт­ritu que, desde su nacimiento a principios del siglo XIX, ha guiado el Capitalismo. La razón será obvia: si el objetivo último es la supervivencia,  ¿contra quien competir?, ello tendrá un efecto demoledor sobre los principios que daban sentido al concepto de “emprendedor”.

Paralelamente, se irá manifestando la falta de petróleo asíт­ como de la mayoríт­a de las commodities que son esenciales para la actividad económica, lo que acelerará la puesta en marcha de políт­ticas tendentes a la determinación de necesidades esenciales, por lo que, probablemente, se implantará el racionamiento de muchos bienes y servicios que, muy bien, puede ser complementado con alzas de precios a fin de forzar la reducción del consumo de los bienes y servicios racionados por debajo, incluso, de la capacidad de producción y suministro de la oferta; el objetivo será, claramente, el ahorro de recursos.

Llegados a este punto se manifestará un problema que hoy ya ha sido abordado por algunos expertos: el excedente de factor trabajo de baja o muy baja cualificación que en estos últimos años ha desempeñado tareas de bajo valor añadido y que, fundamentalmente, está personalizado en la población inmigrante, a esto se añadirán probables tensiones entre la población inmigrante y la autóctona debido a la escasez de empleos y recursos.

La dinámica regulatoria y de delimitación en vigor, puede decidir la conversión de ciertos barrios en guetos vigilados en los que pueden ser aisladas personas no necesarias y calificadas como potencialmente conflictivas y donde llevarán una existencia marginal. Esta políт­tica será ampliamente respaldada debido a las protestas sociales que la situación ya llevará meses generando y que, en algunas zonas, podrá dar lugar a la aparición de guerrillas urbanas.

La falta de expectativas llevará a que a lo largo del año 2009 se vaya generalizando la sensación de que “esto, se acabó”. Cuando lleguemos a este punto la crisis ya se habrá instalado en el planeta.

Mañana sigue.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.