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Argentina

Santiago Niño Becerra - Miercoles, 03 de Marzo Deberíamos mirar a Argentina,ilustración en los últimos diez años se han producido en el país dos hechos que obligan a replantearse cosas, que fuerzan a preguntarse si lo que hasta ahora era normal que se hiciese va a continuar siendo normal, en el futuro, que se haga (entendiendo "futuro" como mañana).

Primer hecho. Año 2001. El entonces Presidente de la República Argentina, el Señor Fernando de la Rúa, ofrece el Ministerio de Economía a Domingo Cavallo, alguien que, en el momento, ni siquiera tenía acta de diputado. El Congreso en bloque aprueba el nombramiento.

Segundo hecho. Año 2010. La Presidenta de la República Argentina, la Señora Cristina Fernández, destituye al Gobernador del Banco Central de Argentina, Martín Redrado, al negarse este a utilizar parte de las reservas para rescindir deuda de la Nación.

Los hechos son los descritos, y eran conocidos, también conocemos su evolución. En el primero, el Presidente de la Rúa fue forzado a cesar a Domingo Cavallo; en el segundo, una jueza ha anulado el cese de Martín Redrado. Es indiferente que en el futuro Domingo Cavallo retorne e la política argentina o que Martín Redrado sea definitivamente cesado, lo realmente significativo de ambos hechos, y pienso que ambos son precursores de lo que va a depararnos en mañana, es que decisiones puramente técnicas se han impuesto a voluntades populares.

No importa que en el 2001 Domingo Cavallo fuese, o no, la persona más idónea para dirigir el Ministerio de Economía o que la decisión de utilizar parte de las reservas del Banco Central para un fin distinto al que teóricamente deben cumplir sea acertada o no, lo verdaderamente crucial, es que en el primer caso un técnico fue nombrado para un cargo que en democracia sale de una lista electoral y que es refrendado por un Parlamento elegido por el pueblo; lo realmente histórico es que alguien diferente a quien debería decida sobre algo que, hasta el momento, estaba reservado a otras instancias y que lo haga sin someter tal decisión a la censura parlamentaria, que es lo que la jueza ha concluido en su sentencia que debería haber sucedido.

Resumiendo, lo crucial de ambos hechos, reside en que han sido decididas unas actuaciones de implicaciones puramente técnicas al margen de partidos políticos y de parlamentos, de forma totalmente incorrecta por antidemocrática, podría decirse; de forma completamente lógica al afectar ambas decisiones a ámbitos puramente técnicos al margen de colores políticos. Al afectar ambos al interés general independientemente del color político de las personas que ocupaban ese Parlamento.

Una pregunta en el aire para la meditación: considerando la enorme complejidad de los hechos económicos ante la que nos encontramos, unos hechos que superan el alcance nacional y que saltan fronteras, unos hechos que pertenecen al ámbito de lo postglobal porque postglobal es la realidad en la que han nacido y en la que se desarrollarán sus efectos, ¿deben ser dejados a la decisión de unas personas que no son expertas en las materias a decidir y que responden a los intereses de los partidos políticos en cuyas listas fueron elegidas?.

Hoy la respuesta parece muy clara ya que en los países democráticos el sistema de Gobierno nace de la misma razón de ser de la Democracia, siendo la sanción parlamentaria la forma de aprobar o rechazar las leyes y las normas de gobierno; hoy. Sinceramente no tengo tan claro que mañana continúe siendo igual en aquellas cuestiones cuyo sustrato sea puramente técnico y afecten por un igual a toda la ciudadanía; nada claro. Y no entro a valorar si algo así sería bueno o no, deseable o no, conveniente o no. Ya he adelantado que era un tema para la meditación.

(¿Cómo ha evolucionado la tecnología en estos últimos años?, ¡alucinen!. La composición músico vocal de The Beatles, Help!, tiene una duración de 2 minutos y 18 segundos; pues bien en una calidad de 320 Kbps, la mejor en el formato mp3, el tamaño de dicha pieza es de 9,35 MB. En el año 2002, con la velocidad de descarga en Inet entonces disponible para el gran público (56 Kbps) se habrían empleado 13 horas en obtener esa canción con esa calidad, hoy, con una velocidad que el gran público puede obtener (10 MBps) se tardarían 4,28 segundos. No es necesario ningún comentario, ¿verdad?).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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