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Condicional reconocimiento

Santiago Niño Becerra - Martes, 14 de Septiembre El último informe de la OCDE sobre la evolución económica de sus miembros ( y vayan mirando) es dos cosasilustración. De entrada es un ejercicio de semántica florentina que hubiese hecho las delicias de aquellos embajadores de la república que recorrían las cortes de medio mundo allá por los siglos XV y XVI, por otro, pienso, es el primer reconocimiento oficial de que el planeta ya está en crisis

Todo el rato se pasa la OCDE en un condicional permanente: “si pasa esto”, “si sucede aquello”, “si tal”, “si cual”. Nada concretiza, tan sólo deja algo muy claro: que en el 2010, el que iba a ser el año del despegue fulgurante, va a producirse un retroceso en el crecimiento, un cambio de signo en la tendencia: las cosas no van a ir como se creía, como se esperaba, como se deseaba.

El lenguaje. “The world economic recovery may be slowing faster than previously anticipated”: se esperaba una cosa, pero va a ser otra. Mañana, ¿qué pueden decir?, por ejemplo algo como “La recuperación de la economía mundial no acaba de concretizarse”; ¿y pasado mañana?, podría ser: “Será muy largo el plazo en el que se producirá la recuperación de la economía mundial debido a que existen tensiones (puede que añadan “estructurales”, pienso que no dirán “sistémicas”) muy profundas que deben ser superadas”. En el primer caso debería leerse que la recuperación es imposible a corto plazo, en el segundo que la crisis es de todo punto inevitable.

De hecho pienso que ya se está empezando a preparar a la población para lo que va a venir. De entrada los datos que acompañan al informe son demoledores: en todos los países desarrollados (luego hablaremos de los otros) la tendencia es a la baja, en algunos -USA, UK, Francia, España- sin paliativos, pero en la letra se admite que el enlentecimiento que ya se está produciendo puede que sea temporal, luego puede que sea permanente durante un largo período de tiempo, aunque la organización habla de “duradero”, que no significa lo mismo que “permanente” pero se le parece mucho.

En ese caso, en el caso de que dure más de lo estimado (vaya: ¿cómo es posible que hace cuatro días el-mundo-iba-a-volver-a-ir-bien-pasado-mañana y ahora se estén dando recetas para actuar si sucede lo contrario?), a inyectar pasta vía déficit fiscal y la deuda que evolucione como quiera. Es decir, como va a dar igual lo que pase a partir de entonces, como dice un refrán catalán: “Quien pasa los días empuja los años”: mañana, ya veremos lo que se hace mañana.

Por otra parte, el informe no dice nada más: repite recetas: bajos tipos de interés si el escenario no es positivo; y requeterrepiten causas: la evolución del mercado inmobiliario. ¡Ah!, y desmontan falsas expectativas: lo de que de deflación nada de nada, ni hablar: la inflación se va a ir moderando, luego, ¿qué sucede si una tendencia se modera, y se modera, y se modera?. ¿Las otras economías, las que no son desarrolladas?: los emergentes van bien; pero nadie quiere hablar de la dependencia, ni la OCDE. (En la UE también había emergentes: Rumania, por ejemplo: iba lanzada, hoy se halla en el grupo de países más pobres de Europa).

Pienso que este documento de la OCDE es la verificación oficial de que la crisis sistémica ya ha comenzado, de que comenzó a mediados del año en curso cuando se constató que la reversión del proceso de caída empezado en Septiembre del 2007 era inevitable, cuando se constató algo ya sabido: que los planes E sólo servían para prolongar la vida del modelo de forma asistida: el segundo plan Obama es la prueba fehaciente del proceso.

¿España?. España tan sólo puede hacer una cosa, solo una: recortar, reducir, no gastar, no rebajar la presión, ¿por qué?, pues, interpreto, porque el estado de su economía es tan terrible que lo único que puede ofrecer al resto del mundo es una disciplina fiscal prusiana para que no desconfíen de ella -no para que se fíen-, nada más, sólo eso. “Pero Noruega ha comprado deuda española”, dice el del fondo; ya.

Avisos y reconocimiento de situaciones: el Señor Gobernador del Banco de España el pasado Jueves: “Es evidente que todavía no pueden descartarse por completo potenciales nuevos episodios de inestabilidad financiera a nivel internacional que obstaculicen la normalización de los mercados. Por lo que bancos y cajas (en España) deberán seguir fortaleciendo su estructura de financiación” (El País 10.09.2011, Pág. 21). ¿Pero no habían demostrado fehacientemente los stress tests que, excepto en cuatro casos, las entidades financieras de la UE y de USA estaban fabulosamente de fábula fabulosa?, ¿a qué viene eso ahora?, o ... ¿es que también se está avisando de algo?.

(Les aseguro que no lo entiendo. El Comité de Basilea ha decido abrir la puerta para triplicar el nivel mínimo de reservas, entendido este concepto en sentido amplio: fondos a utilizar en caso de emergencia. Dejando al margen que la cantidad, la nueva, sea ridícula y que parte de la misma estará en papeles que valdrán lo que se acepte que valgan, no entiendo la necesidad de este “endurecimiento”. Si las entidades financieras de la UEM han pasado por unos stress tests que han demostrado que la inmensa mayoría de esas entidades superarían sin problemas todas las cosas horribles que los tests han supuesto, ¿para qué demonios hace falta aumentar las reservas?, ¿o es que se espera que sucedan cosas aún más terribles de lo que los stress tests supusieron?

Sinceramente, si esas cosas tan horrorosas van a suceder, pienso que dará exactamente igual cuál sea el volumen de reservas y la calidad del capital de las entidades financieras: no hay ratio ni reserva que soporte una tumulto de gente ante una oficina bancaria exigiendo la entrega de sus saldos. En cualquier caso, curiosos los plazos en principio fijados para el cumplimiento de las nuevas exigencias: en vigor desde el 2013: cuando finalice, pienso, el estancamiento, 2015, algunas: cuando la recuperación haya tomado una cierta altura, obligatorias en el 2018: cuando la recuperación se halle suficientemente asentada.

¡Ah!, otra cosa: significativas esas nuevas normativas: imposibilitan completamente que se vuelvan a hacer las cosas financieras que se hicieron, una señal de que la recuperación no va a consistir en volver a lo de antes, aunque se diga que sí, aunque se diga que sí).

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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