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“CONOCÍ A UN AFAMADO CAZADOR DE GANGAS QUE FUE CAZADO Y MURIÑ“ EN SU PROPIA TRAMPA…”

Moisés Romero - Martes, 14 de Octubre ilustracion"En el escalón que fue desde el 16.000 hasta el 15.000, en términos de puntuación del Ibex, aparecieron voceros, palmeros y agitadores proclamando las excelencias de las gangas, las oportunidades que ofrecíт­a el mercado en ese instante. En el siguiente escalón, en los otros mil puntos abajo, sucedió lo mismo y, asíт­, hasta los 11.000 puntos, Luego hasta los 10.000 y hasta los 9.000 de ahora. Todos los tramos, de 1.000 en 1.000 puntos, han significado para los voceros de siempre una excelente oportunidad de compra de acciones, gangas que dicen ellos. Pero no es asíт­. Además, el rebote ha sido de casi 1.000 puntos. Volatilidad y peligro máximos. Parece como si determinados actores en el mercado no se hubieran dado cuenta, o no quisieran darse cuenta, de que estamos inmersos en una de las Crisis más graves de los últimos 75 años y que no conviene confundir valor con precio. O sea, que las expectativas han empeorado de manera importante en los últimos meses y con ellas la rebaja obligada de la valoración de los activos. Conocíт­ a un cazador de gangas, que falleció hace ya varios años con mucho papel inservible en sus bolsillos. Enloqueció después de comprar más acciones y más acciones, que consideraba gangas. Murió arruinado y sus herederos tratan ahora de vender tíт­tulos fíт­sicos, papel, por mercadillos de toda España. Muchas empresas, mucho papel del comprado entonces son pura reliquia, empresas que quebraron, que ya no existen..."

“...He conocido, también, asiduos al salón de operaciones de la Bolsa de Madrid que se han quedado desnudos a fuerza de promediar, mala práctica, que consiste en comprar acciones de un mismo valor en escalones. Llega un momento en que se quedan sin blanca, sin un euro, y, lo que es peor, con tendencia a la baja de esas acciones. Llega un momento, el peor momento, en que tienen que venderlo todo, porque no pueden poner más dinero. Ahíт­ se arruinan. Unas empresas siguen a la baja por los siglos de los siglos, quiebran o suspenden pagos, pero otras rebotan con fuerza justo cuando el operador que ha utilizado esta estrategia ya ha vendido todo”.

(Es parte de una conversación que mantuve ayer con uno de los operadores de mayor prestigio, y ya entrado en años, de la Bolsa española).

Viene a cuento de lo que he escrito en al menos tres ocasiones durante este año. Voceros, predicadores, cronistas, periodistas y observadores bursátiles en general recurren en las últimas horas al término caza de gangas para justificar posibles rebotes técnicos al alza de mayor o menor intensidad, a sabiendas de que las gangas no existen en un entorno con las expectativas rotas. En los últimos quince meses el término caza de gangas se ha repetido y aireado con énfasis en al menos cuatro ocasiones. Primero fue en marzo de 2007, luego en junio de ese mismo año, más tarde a finales de agosto, también,  de 2007, a continuación a principio de este año, en concreto el 22 de enero; luego, a mediados de julio y ahora, otra vez los palmeros. El recurso empleado por unos y otros voceros para justificar y renovar esta acepción ha sido el mismo, la caíт­da previa y muy fuerte de precios de las acciones cotizadas.

La Crisis no sólo ha continuado sino que se ha recrudecido en las últimas semanas. Por eso, los viejos cazadores de gangas de la Bolsa española se han retirado a sus aposentos. Algunos, incluso duermen debajo de las piedras. No hay gangas en un mercado que cotiza peores expectativas de tal modo que lo que hoy se nos antoja barato mañana puede serlo más. El término cazador de gangas lo acuñó un banquero de principios del siglo pasado. Hizo célebres otras frases como comprar al ruido de los tambores y vender al son de los violines; entrar en el mercado cuando las manos débiles tiemblan de miedo y salir cuando tú limpiabotas o ama de llaves te recomienda éste o aquél valor bursátil. La reciente y estrepitosa secuencia bajista de la Bolsa ha puesto en guardia incluso a los más optimistas. Rápido divulgan contenidos e indicaciones sobre el precio de ganga de éste o aquél valor. Pero también los cazadores de gangas son cazados, caen en su propia trampa y mueren, porque en la actualidad resulta difíт­cil concluir que la Bolsa, precisamente, cotiza a precios de saldo.

Los sabios aconsejan no confundir el término volatilidad con el de ganga. Una cosa es la volatilidad creciente y el regate en corto que propician movimientos convulsivos como los actuales, con la certeza de que los procesos nunca son unidireccionales y que son lógicos los dientes de sierra, y otra la aceptación de que tras los reajustes las acciones están baratas y que las gangas abundan. Para dar por bueno este sentimiento lo principal es pergeñar bien el futuro. En este caso, adivinar si las Bolsas exageran presa del pánico o aciertan en su proyección.

En Bolsa, comportamientos y actitudes del pasado no garantizan los mismos procesos en el futuro, y al revés. El comportamiento actual de los mercados, tanto el del de acciones como el de commodities, inmuebles, bonos y otras mercaderíт­as, está condicionado por la etapa anterior, a la que Greenspan llamó de exuberancia irracional. Es decir, por la sobrevaloración de los activos. No está demostrado, por tanto, que los reajustes de ahora, tan profundos y dolorosos, hayan dejado las cosas en su sitio, aunque, como siempre, habrá compañíт­as que lejos de morir en el campo de batalla se erigirán con más fuerza, pero ese no será el encuadre general.

Por eso, hablar de gangas sólo puede limitarse a filtreos especulativos del momento sin que deba extrapolarse al conjunto. Los mercados han entrado en una fase de corrección de valoraciones, que implica ahora un análisis más riguroso y detallado. La búsqueda del equilibrio de precios y de valoraciones en términos de neutralidad histórica es algo que no se consigue en unas horas.

twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero

Moisés Romero




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