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Corporaciones

Santiago Niño Becerra - Viernes, 03 de Diciembre Me escribe en un mail una amiga y lectora: "Te pones odioso cuando afirmas que estaremos en manos de las grandes corporaciones". Argumento: le recuerdo el poder de la burguesía en las primeras décadas del actual Sistema, le cuento sobre que ahora toca eso:ilustración elementos de poder supraestatales, megaeficientes, transgeográficos, con manifestación tan local como sea preciso y con visión tan global como sea posible. ¿Fue buena o mala la clase burguesa entre 1820 y 1890?, fue depredadora, antihumanista, cruel, pero la evolución de ella llevó al modelo de protección social, y mañana a las grandes corporaciones.

Aquí, en el reino, pienso que el pasado Martes 26 de Octubre tuvimos una exposición de propuestas por parte de alguien que, continúo pensando, es un muy buen conocedor de los modos de hacer de las corporaciones. El lugar fue el XIII Congreso de la Empresa Familiar y el comunicante el Sr. Emilio Botín, presidente del Banco Santander. (Pueden leer un muy buen resumen en la Pág. 22 de El País del 27.10.2010).

¿La decisión del Tribunal Supremo USA que en Enero permitió a la financiación ilimitada de las compañías a los partidos políticos?, pienso que no es más que parte de esa transición hacia un mundo corporativo.

Los Estados son “nuestros instrumentos”: hemos vivido siempre con ellos: ninguna persona, ninguna institución sobre la Tierra ha conocido un mundo sin Estados; recordémoslo: nacieron por necesidad: todo nace por necesidad. En el siglo XIV un rey sintió la necesidad de sacudirse el poder tutorial de la Iglesia, y se inventó el Estado. Al principio se convirtió en el instrumento de uno: “El Estado soy yo”, luego en el catalizador del poder hacia uno: “Todo para el pueblo pero sin el pueblo”, ahora es algo que se diluye en el conjunto: “El Estado somos todos”.

Cuando en los 80, en los 90, en los 2000 se criticaba al Estado se criticaba su poder interventor: no se quería tal poder, pero nadie de aquellos que criticaban aquel poder musitó una sola palabra contraria a los rescates y ayudas que los Estados desplegaron a partir del 2007: “no cuando a mi me conviene, sí cuando yo necesito, siempre cuando yo quiero”. Ya, es tramposo, pero jugaban con ventaja: los Estados ya eran débiles porque cada vez eran menos necesarios. Pienso que el Estado llegó a su máxima expresión en términos proporcionales en USA, con Lyndon Johnson: The Great Society, y ha iniciado su final en The UK, con The Big Society.

Las corporaciones, ya. No son muchos antiguos burgueses juntos, eso era otra cosa. Es mucho más, es una forma de operar la economía, la sociedad, una forma integrada vertical y horizontalmente, diversificada, expandida geográficamente, que colabora, que no compite, que presta servicios, que solventa tensiones. Que genera PIB, claro, el necesario, el conveniente, y de forma óptima, y también que emplea gentes de aquí, de allá.

Tal vez en el 2250, cuando el poder de las corporaciones esté declinando y el mundo participativo como unidad máximamente interconectada sea ya el próximo presente, una amiga y lectora de un autor le haga llegar a éste (no me imagino en qué forma) un mensaje diciéndole que se pone odioso cuando dice que el planeta como un todo único se halla a la vuelta de la esquina. Posiblemente, en bastantes aspectos, “el futuro no sea más que el pasado que regrese”.

(Ayer me preguntaron: “¿Me da un ejemplo de dónde está España?”, y como un resorte dije: “Nissan”. La automovilística japonesa ha solicitado varias cosas a la plantilla de su fábrica de Barcelona a fin de tener más argumentos para competir con sus plantas de México y Sudáfrica para a la adjudicación de un nuevo modelo, entre esas medidas se halla la congelación salarial entre el 2012 y el 2014. La compañía, por el hecho de moverse en un sistema capitalista, puede solicitar a sus trabajadores lo que quiera siempre y cuando no sea ilegal, ahora bien, si unos euros han de ser un elemento decisorio básico que haga que algo se fabrique en España o no se fabrique, ¡estamos apañados!, en España, claro. Y LA solución que va a resolver todos nuestros problemas es la exportación: ¡¡¡¡estamos apañados!!!!).

(También ayer alguien me preguntó por mi opinión sobre que hubiesen tan pocas cosas sobre Economía en los últimos papeles de Wikileaks, máxime teniendo en cuenta que las embajadas hoy son, en gran medida, delegaciones comerciales de los países a quienes representan. Pues sí, dije extraño sí es).

(Leído en Le Monde: “Il y a у  l’évidence des conséquences économiques et sociales trу¨s sévу¨res avec un tel niveau de chу´mage (...). Trouver de nouveaux emplois, faire baisser le chу´mage est par conséquent d’une importance majeure”. Son palabras que hace dos días pronunció Mr. Bernanke, se refería a USA; ¿se imaginan que podría salir extrapolando a España?).

(Cuando estaba escribiendo esta página me ha llegado un mail de una persona a la que conozco desde hace un tiempo, una persona vinculada profesionalmente a una entidad del Tercer Sector, una persona que se halla trabajando en Cataluña. Me decía: “Aquí en (nombre de una localidad), cada vez lo veo más duro y lo peor vemos que la gente se acerca a los servicios de ayuda, con más exigencia, cierta agresividad, nos preocupa que cada día tenemos alguna persona que nos “monta el pollo”, vulgarmente hablando. Vemos a la gente muy cascada, personas que llevan más de dos años sin trabajar, sin ilusión, con apatía. No quiero llegar a pensar si el paro continua subiendo, y a más hoy la chica que tenemos haciendo prácticas me ha comentado que ha oído en la TV, que en febrero se acaban los famosos 426 Ñ¢”šÂ¬ de los parados que ya agotaron su subsidio. Joder no quiero ni imaginar el panorama que se nos viene encima”. Insisto: en la rica Cataluña).

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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