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Deuda, deudas.

Santiago Niño Becerra - Miercoles, 27 de Enero Bueno. ¡Ya está saliendo!: la verdadera dimensión de la deuda española: de la pública se conoce bastante, de la privada empiezan a llegar a la calle cosas, ilustración ¿para que se vaya haciendo a la idea?, tal vez.

“Los promotores “no pueden pagar”“, lo dijo este Lunes el Señor Santos González, Presidente de la Asociación Hipotecaria Española (El País 26.01.2010, Pág. 19), y, ¿cuánto debe el subsector inmobiliario español?, pues una cantidad que equivale al 30% del PIB del reino. Por si no quedaba suficientemente claro añadió: “El sistema no puede asumir la deuda inmobiliaria” (misma fuente). Vale, y esto, ¿qué quiere decir?.

Pues esto quiere decir que entre principios del año 2002 y finales del 2006, el crédito que las entidades financieras concedieron al subsector inmobiliario creció el 343%, fue la época del “España va más que bien”, luego cuando algunos expertos ya empezaron a avisar sobre las cosas del ladrillo, aun creció el 33%: entre principios del 2007 y finales del 2009. Claro, claro, las entidades financieras concedieron ese crédito (la mitad lo pidieron prestado al exterior) para hacer negocio, y el Banco de España bendijo ese proceder, tan sólo una voz iba, en el BdE, dando periódicos toque de atención: la del Señor Jaime Caruana: una anécdota.

Las compañías del subsector inmobiliario fueron levantando edificios de viviendas, muchos, y urbanizaciones de casas, muchas, por un doble motivo: para venderlas, pero, también, porque edificar esos inmuebles ya era negocio en si mismo: su precio no cesaba de aumentar: “más que ayer pero menos que mañana”. Ha llegado la precrisis, el valor de esas viviendas ha bajado (no tanto el precio: aún) y, además no se venden: las promotoras no pueden pagar sus créditos a las entidades financieras, estas deben los préstamos que solicitaron en el exterior (410 miles de millones este año y los dos siguientes) y a ellas deben pagarles los hipotecados a quienes concedieron los créditos para adquirir una vivienda, gentes muchas de las cuales van a peder su empleo cuando comience la verdadera crisis por lo que no van a poder pagar las cuotas.

Soy de los que piensa -somos muy pocas/os- que esas son las spanish subprime, y que ese razonamiento de que los activos existen porque existen los terrenos y las viviendas, está muy bien pero siempre teniendo en cuenta que un activo vale lo que alguien que está en el mercado está dispuesto a pagar por él, si ese alguien está dispuesto a pagar menos, el activo se deprecia, lo que añade un cuarto problema a la situación de las entidades financieras del reino: ¿a qué valor tienen contabilizados en sus balances los pisos que promotoras inmobiliarias, o particulares, les han ido dando a cambio de una deuda que llegado un momento no han podido pagar?.

Pienso que si, que de todo eso ya se está hablando abiertamente para que “el hombre de la calle” vaya haciéndose a la idea, ¿de qué?, pues de que las cosas están mal, se van a poner muy mal, y de qué tal vez haya que ir pensando en soluciones imaginativas, como el convertir en pública esa deuda que ahora es privada: esos 325.000 millones que el subsector no pude pagar.

Evidentemente, el Señor Santos Gonzáles no lo dijo nada parecido a eso, pero insinuó unas cosas ...

(No cambio de tema: el Ministro de Trabajo ha solicitado la prórroga de las ayudas de 420 euros hasta Agosto (finalizaban el próximo Febrero); estoy convencido que es cosa hecha, y luego se prorrogarán otros seis, y después se perpetuarán. Por lo antes dicho está claro el porqué, ¿no?: el subsector inmobiliario no puede pagar, la población que ha de pagar sus deudas a los acreedores de aquel no va a poder pagar. Y los acreedores de todo el mundo tienen sus propias deudas. “Vaya lío”, dice el del fondo; pues si, la verdad).

(El mismo Señor Ministro antes citado dijo el pasado Lunes que en España “hay economía sumergida desde los Reyes Católicos” (misma fuente), pues no, en aquella época no había la economía sumergida: al no darse acumulación de capital o al ser prácticamente inexistente, ese concepto perdía todo significado: la imposición era indirecta y pagada por los plebeyos, y los señores de la Mesta financiaban a la Corona, es decir, a la Hacienda, de otras maneras. Pienso que tampoco estuvo muy afortunado el principal partido de la oposición: “Ud. es el ministro del fracaso del diálogo social”. Mmmmmm, estimaciones realizadas en 1999 Ѣ€” 2001 calculaban que la economía sumergida en el reino equivalía al 20% del PIB y el fraude fiscal el 6%: las cifras y las fechas son tozudas: siempre están ahí).

(El Gobierno quiere recortar el Gasto Público en 50 miles de millones en tres años. ¿Es posible?, si, es posible, pero tendrá consecuencias porque España ya tenía carencias clamorosas. Tan sólo hay que cruzar los dedos para que los criterios de recorte sean eficientes y para que lo que se gaste se gaste más eficientemente de lo eficientemente que ya se gasta. Me parece que hace unos días les hablé de ello (¿o tenía pensado hablarles mañana?): cuentan, dicen, aseguran, que a los diferentes departamentos ministeriales llegaron, hace un par de meses, unas órdenes no-escritas por las que debían ser elaborados unos cuadros de gasto, para el 2010, cuya suma debía ser un 10% inferior a la que mostraban los presupuestos aprobados en el Parlamento. ¿Cierto?, ¿falso?. Curiosamente, la cantidad que el Gobierno pretende sea recortada ajusta, en el año en curso, mucho, mucho, a ese porcentaje rumoreado. ¡Vaya. Vaya!).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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