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Dos temas

Santiago Niño Becerra - Martes, 10 de Noviembre Hace unos días me remitieron un mail en relación a un tema que prácticamente no había tocado con anterioridad. ilustraciónDecía el mail:

“Me llamo (un nombre de pila), tengo 33 años y leo cada mañana a primera hora su comentario diario en la carta. De vez en cuando habla de situaciones que le cuentan sus lectores, por eso me he atrevido a escribirle de algo que me toca de cerca, con la esperanza de ver algún comentario suyo. Se trata del tema de los autónomos.

Yo soy autónomo. Mi padre es autónomo (30 años o mas). Mi madre es autónomo(a). Actividades todas ellas distintas. Mi padre ha trabajado prácticamente toda su vida realizando manipulados de piezas de madera, barnizando vaya, para otras empresas en su pequeño y unipersonal taller. Tiempo atrás realizaba jornadas de trabajo maratonianas de 12 horas incluso sábados (y porque no quería mas…). A día de hoy, las empresas para las que le trabajaba, algunas han cerrado, otras están en ello y el resto han tenido que despedir a gente y no sacan trabajo fuera, por lo que ya no hay faena.

Mi madre tiene un comercio minorista de cortinas, que suerte que el local es suyo y no paga alquiler, no se cubren ni gastos.

Yo tengo una ocupación “mas cualificada”, tengo una pequeña oficina de ingeniería y realizamos proyectos y legalizaciones de actividades, en la que por supuestísimo ya no se hace casi nada.

Como nosotros, está el electricista de la esquina, mi vecino del quinto el fontanero, el del taller mecánico y un largo etc…

Sin embargo hay que seguir pagando la cuota, a algunos no les queda o no nos queda mucho…

Con esto quiero decir que pese a la cifra de paro anunciada, tiene que haber un paro encubierto muchísimo mas alto que tiene que ir apareciendo poco a poco, si bien es verdad que también mucha gente que no está dada de alta hace sus chapuzas y no tan chapuzas haciendo un daño terrible al que tiene unos gastos que ellos no tienen (incluso a lo mejor están cobrando paro).

En fin, la protección de los autónomos es una porquería, y es un colectivo a tener en cuenta”.

Un par de días después recibí un mail de un amigo que, entre otras cosas decía lo siguiente:

“He estado reunido con un amigo empresario. En su casa toda la vida han hecho sillas. Me ha dicho que ya no queda ningún comprador (de una región española en la que realiza mayoritariamente su actividad) que le ofrezca garantías. Todos han ido cerrando y los que quedan dilatan los pagos. En un momento dado me ha dicho: “voy trampeando porque trabajo con chinos que pagan a tocateja”“.

Cuando he llegado aquí me he dicho que, posiblemente, el título está mal escogido: ¿realmente son dos temas diferentes?. Y no lo digo porque el empresario al que se refiere mi amigo sea autónomo, sino porque los dos mails tienen un común denominador: la caída de actividad, el actual exceso de oferta, la consecuente incertidumbre en los cobros de un colectivo que, aunque les cueste creerlo, es el futuro: el trabajador por cuenta propia contratado para un trabajo, obra o servicio en concreto. La o el megacrack ningún problema pero, ¿cuántas/os megacraks hay?.

¿Qué se puede hacer ante esta situación si, además (o debería decir ademenos) la morosidad que soportan las entidades financieras no cesa de aumentar?: décima más, décima menos, el 8% del PIB del reino a día de la fecha, y subiendo; y eso sin incluir los pagos a 720 días de algún gasto de alguna partida de algún Gobierno regional; y eso sin considerar los aplazamientos ya pactados, las aceptaciones de pagos en especie; y eso sin contar los retrasos en los compromisos de pago acordados al margen de los servicios financieros. Todo eso afecta a todas las empresas, pero, posiblemente, a quienes realizan su actividad de forma autónoma, más.

(No tiene nada que ver, ¿o si?. Me lo comenta una persona que ha recibido el cargo bancario del recibo del IBI de una casita de la que es propietario en un pueblito del reino. La casa figura con una base de 5.051,63 euros siendo el importe a pagar de 68,69 euros. Me dice la persona que aún considerando el descenso que está afrontando el mercado de la vivienda en España y el hundimiento que mañana va a continuar afrontando, el valor de mercado de esa casa es, al menos, de veinte veces más. OK, que lo revisen e incrementen; es fácil, sencillo: para los ayuntamientos es dinero en el saco, y les hace falta; pero, ¿se imaginan lo que pasaría a continuación?).

(El desencadenante: cada crash lo tiene: en el del 29 fue la caída de Wall Street, ahora podría ser (entre otras posibilidades) el que se culpabilice a la retirada de los estímulos/ayudas/anfetas de la imposibilidad de “continuar con la recuperación”: “Íbamos bien, pero se jodió”: esta frase podría servir.

Muchos no se dan cuenta de que el pastel ya está hecho antes de meterlo en el horno: si aún no ha estallado la crisis es por las decenas de billones que de una u otra forma han estado inyectado Bancos Centrales y Estados, esa es la diferencia con 1929: entonces se acostaron con un boom y se despertaron con una depresión (es una caricatura, claro). Lo malo es que habremos tenido dos años y medio y no se habrá hecho absolutamente nada para preparar lo que viene. En fin, posiblemente no se tenía la preparación suficiente como para verlo (aunque la Historia nos tachará de inútiles incompetentes).

Aunque se ven cosas: “La incertidumbre permanece” (M. Jean-Claude Trichet el pasado Jueves en Frankfurt (El País 06.11.2009, Pág. 23). Hay quienes saben cosas ... pero tienen que callárselas).

(La Cámara de Representantes USA aprobó la primera fase de lo que se ha dado en llamar la reforma sanitaria”: brindar atención médica a 36 millones de personas de los 46 que no tienen cobertura de ningún tipo pero que no cumplen los requerimientos de Medicaid, y poco más. Dejando al margen la perversión y la ineficiencia que suponen que el gasto medio per cápita en sanidad en USA sea el doble del de, por ejemplo, Francia y que el 16% de la población no tenga cobertura alguna, es sintomático que esa reforma, por pobre que sea, sea puesta en marcha ahora: junto cuando las cosas empiezan a ponerse verdaderamente feas.

El Presidente Barack Obama está empeñado en que es como el Presidente Franklin Roosevelt, y no es así. Las pensiones de jubilación existen en USA porque Roosevelt se las prometió a los Sindicatos si apoyaban sus reformas, y Obama va a extender la sanidad a cambio, ¿de qué?. Alguna reforma sanitaria saldrá adelante en USA pero para implementar un poco de eficiencia en el gasto sanitario en USA habría que hacer cosas que el actual Gobierno no puede hacer (y ahora no hay sindicatos en los que el Presidente pueda apoyarse).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Univrsidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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