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Entidades financieras, y más

Santiago Niño Becerra - Jueves, 05 de Febrero Las entidades financieras españolas, en particular, bancos y cajas, ¿dónde están?, ¿qué futuro les depara la evolución de las cosas de la economía?. Existe una especie de obsesión de diversos políticos en el Gobierno y también de algunos muy altos funcionarios de la Administración en proclamar que las entidades financieras españolas están requetebien; pues lo siento, pienso que no, que no lo están, y no lo están por dos motivos: porque son tan postglobales como cualquier entidad financiera internacional, y porque tienen un paquete explosivo en el sótano cuyo temporizador es imposible de detener: las spanish subprime.

La reunión del pasado 2 de Febrero entre el Presidente del Gobierno, el Ministro de Economía y The Big Six, ¿de qué sirvió?, ¿para qué sirvió?. El País del día 3 publicó una foto de la reunión en la que el Señor Emilio Botín aparece con una cara de circunstancias que es un poema, mi lectura (la mía): “¡Pero que estamos haciendo aquí!”. Puede que The Big Six y el resto, en estos pasados seis años hayan obtenido pingу¼es beneficios, pero les van a salir muy caros, y lo saben.

De entrada están siendo demonizados por el Gobierno y por la ciudadanía: en el pasado: “tuvieron la culpa de que hayamos llegado a donde hemos llegado debido a que dieron créditos a troche y moche”; ahora: “tienen la culpa de que no salgamos de esta situación porque no están dando créditos ni a su madre”. Y encima tienen que darse golpes de pecho porque es lo que ahora está de moda. Cuando “España iba bien y más que bien”, ¿quién, de la cúpula, dijo a esas entidades: “cuidado, os estáis pasando”?; ahora mismo yo sólo recuerdo un nombre: Jaime Caruana, y lo dijo muy suavemente. Ellas a su negocio y animadas a que siguieran adelante.

El Sr. Miguel Martín, el presidente de la AEB, ha dado en el clavo: ha sido la economía real la que ha afectado al sistema financiero: lo que nadie se atreve a decir: ¿cómo se financió el “España va bien y más que bien”?, pues con crédito puro y duro. Las entidades financieras españolas endeudándose en el exterior para que por la fuente crediticia interna no dejase de manar pasta, pasta que era crediticiada y con la que se financiaba ese crecimiento español que era la envidia del mundo mundial, créditos que no eran más que deudas con las que las personas físicas y jurídicas españolas iban clavando las tapas de sus ataúdes económicos ... porque detrás había muy poco.

Si verdaderamente lo creen, se equivocan quienes lo dicen: las entidades financieras españolas no son fuertes: deben una cantidad astronómica de pasta y a ellas les deben otra cantidad igual de astronómica, y se la deben gentes que van a ir perdiendo su fuente de ingresos a la velocidad con la que Flash Gordon recorría el espacio interestelar. ¿Es cierto que no tienen títulos subprime en sus activos?, vale, genial, pero, ¿cuántos créditos hipotecarios de trabajadores que ya han perdido sus empleos o que van a perderlos en los próximos meses tienen?, ¿alguien ha calculado eso?, seguro que si. ¿Dicen que la tasa de impagados (no es ese su nombre, ya lo sé) va a llegar al 7,2% en el 2009?, y a más también, y más aún en el 2010, y más en el 2011. ¿Hasta cuándo se puede aguantar yendo a peor?.

Y ellas lo saben, mejor que Uds. y que yo. Pero los políticos continúan explicando películas. Dicen que han dado pasta a las entidades financieras para que concedan créditos; ¿a quienes?, ¿a personas que saben que no los van poder devolver?. Esa pasta va a servir para cubrir parte de la oleada de impagos que ya están empezando a tener; y el Gobierno lo sabe (y el principal partido de la oposición también, por eso está tan callado en este tema. ¿El asunto del espionaje de Madrid?, pienso que es una bendición: está ocupado en eso (que en el fondo al trabajador de Peugeot que le van a mandar a casa durante 45 días le importa un rábano) y así no tiene que hablar de cosas peliagudas: de lo que verdaderamente le importa a ese trabajador de Peugeot), pero mira hacia otro lado y se empecina en repetir que las entidades financieras tienen que dar más créditos.

Este asunto, el de las entidades financieras, vincula con el automóvil. Veamos. No se venden coches a) porque “no se dan créditos” (sabido), b) porque las/los potenciales compradoras/es tienen miedo a perder su empleo (se habla poco de esto: es feo), c) porque la gente está empezando a preguntarse si, realmente, necesita un coche nuevo (de esto no se dice ni pío). Pero hay otro nivel de pregunta que es tabú: no se venden automóviles, OK, pero, fundamentalmente, en relación a una capacidad productiva instalada que se ha basado en el crédito barato. Va una herejía: la única vía para resolver el problema del subsector del automóvil es reducir la oferta de coches y redefinir la que es idónea. Con las entidades financieras sucede algo muy parecido.

Miren la expresión del rostro del Señor Emilio Botín en la referida foto. Está en la Pág. 16 de El País del 3 de los corrientes; vale la pena.

(El Tigre Celta: ¿quién se acuerda hoy de él?. Ya lo dijimos: un despropósito creado y sostenido durante el tiempo conveniente. En fin).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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