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Pinceladas, más Ѣ€“ 1

Santiago Niño Becerra - Jueves, 02 de Abril 200 Ѣ€" La Fórmula 1: llevan años cambiando las reglas; dicen que es para que haya más espectáculo, para abaratar costes, para aumentar la competitividad. Parece mentira que no se diga la razón última: es por la pasta. ¿Cuánto dinero mueve anualmente la Formula 1?. Es un misterio, las últimas estimaciones que me llegaron apuntaban a 1.000 millones de euros excluyendo los presupuestos de las escuderías. El binomio: (Fórmula 1 = Negocio), pero para que así sea todo tiene que funcionar como un reloj, suizo, evidentemente. Lo que sucede es que la tecnología ha llegado a un punto en que si se quiere que la Fórmula 1 continúe algo habrá sacrificar.

ilustraciónLas limitaciones técnicas, en teoría abaratan costes, pero generan unas inversiones astronómicas par mejorar el rendimiento del coche asumiendo esas limitaciones; ¿qué sucede al final?, pues que quien puede disponer de un mayor presupuesto tiene más posibilidades de ganar y de incrementar tal presupuesto. ¿Ir hacia la igualdad?, es fácil: limitar la cantidad de pasta que cada equipo podrá mover en un año, establecer limitaciones y fiscalizarlas policiacamente; ¿se quiere eso?; ojo con lo que se desea porque ir por ahí supondrá que el negocio irá a menos y los beneficios disminuirán.

Claro que también puede enfocarse el tema de otra manera: ¿no estamos en la élite del automovilismo?, entonces, fuera limitaciones y, quienes quieran estar ahí, y mantenerse, que se espabilen. Pero eso no es democrático, y no garantiza que el negocio continúe.

201 Ѣ€” Mr. Timothy Geithner, Secretario del Tesoro USA en el Congreso USA el pasado día 3 de Marzo (conscientemente he tardado en hablar sobre esto: quería esperar y ver si se decía algo más sobre lo que dijo: y no, se dijo muy poco, se ha dicho menos). Muy, muy fuerte: dijo que no se tenía ni la más remota idea de lo que costaría estabilizar el sistema bancario USA, y eso que, de momento y de una u otra manera, ya se han metido casi 3 billones del Estado, es decir, del pueblo, en el sistema. Llevemos un poco más allá las palabras de Mr. Geithner.

En USA hay más de 9.400 bancos, algunos minúsculos, otros gigantescos. Decir que no se sabe cuanto va a costar estabilizar el sistema equivale a decir que no se tiene ni puta idea del estado en que esos bancos se encuentran. Que del Citi se sabe más sobre su situación que de un banquito de un pueblito perdido de Alabama, no lo tengo yo tan claro, pero vale, admitámoslo, pero, ¿qué parte de los fondos medios que mueve el ciudadano medio es movido por uno y por otro?. Se hará lo que sea necesario para que Citi no quiebre, pero ese banquito de Alabama, en gran medida, tendrá que espabilarse. Citi no va a quebrar, pero si ese banquito quiebra, ¿qué va a suceder en su zona de influencia?, y, ¿hasta qué punto influirá su quiebra en otros banquitos de la zona?.

Que el Secretario del Tesoro de la mayor economía del planeta admita algo como lo que admitió Mr. Geithner el día 3 de Marzo es pavoroso porque habla de impotencia al hablar de desconocimiento, lo que debería haber puesto en marcha un proceso de acojonamiento generalizado que debería haber forzado una toma de conciencia general así como la exigencia de toma de medidas, pero no. ¿Será por aquello de que “lo que no se sabe es que no existe”.

202 Ѣ€” China, ¿qué más decir?. El problema de despertar a un dragón es que hay que alimentarlo. China era algo exótico que estaba ahí y que durante décadas cumplió una función: ser parte del coco que se comería a los occidentales que no hicieran lo que se les decía que tenían que hacer. Mientras eso fue así, todo en orden. Pero un día se pensó que podía ser más útil si dejaba de hacer de coco y se ponía a hacer otra cosa, concretamente ser la fábrica de las cosas baratas que se necesitaban en los países que podían pagar por ellas; y dicho y hecho, China se puso a fabricar cosas baratas y a exportarlas.

Mientras quienes adquirían esas cosas tuvieron renta y/o capacidad de endeudamiento, daba igual que la productividad china fuese muy baja, que los cuellos de botella de sus sistema productivo fuesen clamorosos, que la corrupción en el país fuese rampante, que la calidad de sus acabados fuese en numerosos casos tan discutible que supusiese el rechazo de gran parte de lo fabricado; y daba igual porque había tanta oferta de trabajo y era tan barata que lo inimaginable en otro lugar en China era justificable y admisible. La dependencia monetario-financiera de los demás hacia China se disparó, al igual que lo hizo la dependencia manufacturera-comercial de China respecto a los demás. Todo genial hasta que la precrisis ha comenzado.

En China se hará lo que se crea conveniente, o no, y se realizarán los análisis de todo tipo que se consideren necesarios, o no; sin embargo, pienso que la única y verdadera pregunta es: ¿va a poder continuar alimentándose ese dragón que ahora ya está despierto?.

202 bis Ѣ€” Interesante lo que el pasado Martes dijo el Gobernador del Banco de España, pero, pienso, que más interesante fue lo que insinuó: van a haber más intervenciones porque la cosa está mal; para el escenario que habrá “después-de” sobran entidades financieras, por lo que tendrán que reestructurarse y reorganizarse (sigo pensando: eufemismos de “reducir el número”. Pregunta: ¿también se reducirá el número porque algunas serán liquidadas?).

Lo que no entiendo del mensaje que lanzó el Señor Fernández Ordóñez es lo de los “directivos imprudentes”: hace cuatro años, cuando “España iba más que bien”, ¿quiénes decían que esos directivos eran imprudentes?; tampoco entiendo lo de la “mejora de la inflación”: ¿cómo puede “mejorar” la subida de precios cuando la economía del reino está abocada a una depresión deflacionaria?; ni la necesidad de la reforma del contrato de trabajo: cuando la actividad se hunda, ¿van contratar más factor trabajo compañías que a duras penas podrán sobrevivir por mucho que se reduzca el coste del despido?. Pero, ¡ojo!, que no lo entienda yo no quiere decir que lo entendieran quienes tenían que entenderlo.

202 tris Ѣ€” Ayer, El País, en su Pág. 23 publicó una muy interesante entrevista al director gerente del FMI. ¡Por fin alguien lo dice alto y claro, muy alto y muy claro!: nada de lo que se está haciendo va a servir si no se limpia toda la basura que acumulan los balances de las entidades financieras. Pienso que se equivoca en su afirmación de que las cosas se pueden arreglar, pero atina completamente cuando dice lo de la limpieza; además, es lógico: en cirugía, en logística, en ingeniería, en toda aquella actividad que haya que manipular cosas, lo primero es limpiar y ordenar. (Y el reino, también: habla de las spanish subprime: ¡menos mal que alguien de arriba aborda el tema!).

El problema, y en eso disiento de la máxima autoridad del FMI, es que esa limpieza no se puede hacer metiendo pasta: no hay suficiente pasta en el planeta para llenar el vacío que se creará cuando se haga esa limpieza, ni tinta para imprimir todos los billetes que serían necesarios. Entonces, ¿cómo se hará?. La solución a esto, junto a la de otros problemas, llegará con la crisis, y se producirá a través de un concepto que ahora adelantamos y que ya abordaremos con más detenimiento: del descrecimiento.

(Les dije que se lo recordaría: ya está en la calle “El crash del 2010”: el libro del que soy autor y en el que cuento porqué hemos llegado hasta aquí, que está sucediendo y hacia dónde vamos. ¡Y en pocas páginas!).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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