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Preguntas

Santiago Niño Becerra - Jueves, 11 de Febrero Cuando algo se dice, cuando una información es dada, una catarata de preguntas se forma en las mentes de quienes escuchan. ilustración En parte es lógico: una cosa lleva a la otra, pero, en numerosas ocasiones, la causa es la información insuficiente que se suministra.

Veamos. El pasado día 12 de Enero, el Ministro de Fomento dio a conocer los resultados económicos de la explotación de los aeropuertos españoles, conocen las cifras: sólo el 18,7% de los aeródromos del reino no tienen pérdidas reales, y sólo el 41,7% se halla en la línea de poder no tenerlas. Luego está el tema de la deuda que esas instalaciones arrastran: más de once miles de millones, deuda que tendrán que afrontar. (Sería interesante saber un dato que ignoro si ha sido elaborado: la deuda por pasajero que ha utilizado las instalaciones, pero bueno).

Bien. De entrada sorprende que sea ahora cuando esos resultados han sido publicados, ¿por qué no antes?, ¿por imposibilidad técnica?, ¿por necesidad política?; la tecnología para elaborar unos números susceptibles de ser publicados existe desde hace muchísimo tiempo, entonces, ¿por qué no se publicaban?. Si se esgrime la razón política tampoco se entiende: los aeropuertos que se hallan en pérdidas está situados en regiones gobernadas por unos colores y por otros.

En cualquier caso el Ministerio parece que ha encontrado a los responsables de las negativas cuentas de los aeropuertos españoles: las remuneraciones de los controladores: sus desmesurados emolumentos inciden en la competitividad de los aeródromos españoles, lo que afecta a la cuantía de las tarifas aeroportuarias. Digo lo que siempre digo en estos casos: existen compañías con una experiencia dilatadísima en valorar puestos de trabajo, luego ...

Pero vuelvo a lo mismo: ¿por qué ahora?. Los emolumentos de los controladores del reino mantienen la tendencia que sea desde hace muchos, muchos años, ¿por qué ahora la denuncia de su desmesura?; más aún, suponiendo que una exacta valoración del puesto de trabajo “Controlador Aeroportuario” mostrara una diferencia en menos con lo que verdaderamente está percibiendo ahora ese puesto de trabajo, ¿de verdad la causa de las pérdidas se hallarían en esa diferencia?. Puede que si, puede que si, pero pienso que existen dos cuestiones que, consciente o inconscientemente, se marginan.

Una: ¿son necesarios todos los aeropuertos, los 48 aeropuertos, que existen hoy en España?, ojo, lo estoy planteando desde una perspectiva puramente operativa, es decir, técnica, no política. Dos: lo que se está gastando en la gestión de los aeropuertos del reino, es decir, los gastos de funcionamiento, ¿se está gastando todo lo bien que sería deseable?, y lo mismo que antes: no digo ni que sea así, ni que no sea.

Más preguntas. Funcas ha realizado un estudio (El País 13.01.2010, Pág. 23) en el que pone de manifiesto que el 76% de la ciudadanía española está en desacuerdo en relación a cómo el Gobierno está gestionando la realidad económica, y que 63% piensa que si gobernase el principal partido de la oposición no mejoraría la calidad de la gestión. Lo que puede deducirse de ambos porcentajes es tremendo: mucha más de la mitad de la ciudadanía española pensaba, en el momento en que la encuesta fue realizada, que ningún partido político en España está verdaderamente capacitado para / sabe exactamente como, gestionar correctamente la situación económica que el país está viviendo. ¡Tremendo!. Pero es que hay más: en puridad, eso invalidaría la posibilidad de un posible acuerdo de Gobierno para la gestión. ¡Tremendo!, insisto.

También ha puesto de manifiesto el estudio que el 75% de las personas encuestadas no está de acuerdo en que se abarate el despido para “reactivar el mercado de trabajo”; OK, pero ¿quiere ello decir que tres personas de cada cuatro no quieren que el despido sea más barato porque ello no tendrá ninguna incidencia en que aumente la demanda de trabajo, o porque no están dispuestas a pagar ese hipotético precio (en caso de que les tocase a ellas) para que aumentase la ocupación?. La matización es fundamental, ¿no creen?.

Y aún hay más: el 64,5% de las personas encuestadas afirman que los impuestos deberían bajar, independientemente de que la recaudación fiscal esté descendiendo por la menor actividad, y al margen del creciente déficit público. Ante esto: ¿sería posible que parte de ese 64,5% no tuviese claro que gasto público e ingresos deben estar relacionados?. Por otra parte, ¿fue planteada a las personas entrevistadas la opción de si creían que sería factible emplear de forma más eficiente los fondos que se gastan?.

Preguntas, preguntas; pero muy pocas respuestas.

(¿El maravilloso crecimiento USA del último trimestre del 2009?, coyuntural: estímulos e inventarios, no es nuevo. A USA le sucede lo que a todas las economías: no hay nada delante y ya no queda nada detrás: hay que poner en marcha un nuevo “modo de hacer” del que ya se tiene el dibujo, pero aún se está dando vueltas al viejo.

En esa línea, me decía hace unos días una persona alta ejecutiva de una entidad financiera que su entidad “estaba bien”. Yo le dije que vale, que si ella lo decía así sería, pero añadí, “¿Crees que si se pone de manifiesto que X, o Y, o Z (razón de otras entidades financieras) van mal J (la suya) no va a verse afectada aunque sea cierto que no va mal?. Pues eso).

(Hace unos cuantos meses todos metimos fondos en bastantes entidades financieras para que no cayesen, a la vez que cerrábamos los ojos para no ver si en los balances de las ayudadas y de las no ayudadas había o no había porquería debido a las implicaciones que hubiera tenido que lo hubiésemos visto; ahora todos vamos a darle pasta a un país que, entre otras cosas, ha estado mintiendo en las estadísticas que ha estado presentando en los últimos diez años sin que nadie se haya dado cuenta, según nos dicen, debido a las consecuencias que tendría el no dársela. Bueno, está bien, cuando lleguemos al límite al límite habremos llegado. Nos decían que era por el riesgo sistémico (¿se han dado cuenta de que eso ya no se dice?), y por eso será, pero aplicando el silogismo, cuando hayamos llegado a ese límite el riesgo se habrá convertido el certeza, y “Se producirá el crash”, dice el del fondo. Y sí, claro).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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