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Protección (con comillas, porque, en realidad, no es eso).

Santiago Niño Becerra - Miercoles, 25 de Febrero Uds. saben que me cuento entre el grupo de personas críticas que pueblan este planeta, en cualquier caso, siempre he pensado que del mismo modo que hay que hablar sobre lo no acertado hay que mentar lo correcto, y el Gobierno del Reino de España, ¡por fin!, está abordando de forma correcta, pienso, un tema que ya es, pero que más va a ser, EL tema de los próximos años: la protección social de la población no-económicamente necesaria.

Una de consecuencias que ya la precrisis está poniendo sobre la mesa es la formación de una creciente masa de personas que están engrosando el censo de la población desempleada a una velocidad lumínica debido a que la situación de parón en el que la actividad económica está entrando está volviendo no-necesarias a esas personas.

Esta es una situación que va a afectar a todos los Estados, pero más a aquellos, 1) con una elevada población, 2) especializados en fabricar bienes y en elaborar servicios de medio y bajo valor añadido, 3) con un modelo productivo muy intensivo en factor trabajo, y 4) dependientes en cuanto a inversiones exteriores y a obtención de commodities. Todas las economías van a ver crecer su tasa de desempleo (o como quiera que vaya ser llamada: cuando se alcancen tasas verdaderamente elevadas, pienso que, ni la van a calcular igual ni la van a denominar del mismo modo que ahora), pero unas más que otras: la española más que la holandesa, por ejemplo.

Bien, decía que por fin el Gobierno se ha decidido a abordar el tema que, con diferencia, más importancia va a tener en los próximos años: la subsistencia de una creciente masa de personas sin ocupación definida porque la necesidad que de su trabajo el sistema productivo vaya a tener será nula o muy limitada; una masa que en el caso de España estimo puede ir creciendo a una cadencia de entre 0,8 y 1,1 millones de personas entre el 2009 y el 2012 de modo que, como límite, lo que hoy se conoce como “población desempleada” pude colocarse en los siete millones.

ilustraciónLa gran diferencia entre “esa” población desempleada y “otra” población desempleada de otras épocas radica en que “aquella” era necesaria para generar PIB desde la oferta en algún momento del tiempo, pero “esta”, la que se está formando, en su mayoría, no va a ser necesaria, en un futuro previsible, o nunca. Evidentemente, existe un problema planteado con su subsistencia.

El aumento de la población desempleada va seguir unos cauces clásicos: de economía clásica (si Karl Marx resucitase entendería muy bien el proceso, y si Lord Keynes volviese a la vida también, y entendería que esta vez esto no puede arreglarse metiendo pasta en el sistema): hundimiento de la actividad por colapso del consumo-de-todo (a los efectos que nos ocupa, un equipo de soldadura por argón también es consumo, y una vivienda, también). Si a eso añadimos la posibilidad de que la productividad aumente mucho, mucho; que la eficiencia va a ser el Grial que todo bicho viviente va a buscar; y que una y otra van a ser las columnas sobre las que se va a levantar la nueva estructura, está claro que el sistema tiene un problema con la población desempleada.

El Gobierno del Reino de España ha dicho -ha venido a decir- que hay que abordar ese tema porque una persona no-ocupada tiene que poder subsistir, y para eso ha partido de un concepto que recibe varios nombres de entre los que me escojo “percepción asistencial”.

En los próximos meses vamos a asistir a un ir y venir de planes a fin de diseñar un sistema que garantice que el alud de personas que en los próximos meses y años van a dejar de ser necesarias para generar PIB, sobrevivan. Va a ser una arquitectura compleja en la que participará todo el mundo, y en la que el concepto que va a destacar es el de “reparto”, concepto que cobra una especial relevancia en un nuevo -y creciente- marco regulador en el que va a entrarse (España y todos los países). Y ello en una atmósfera de ingresos públicos a la baja debido a la progresiva caída que se va ir produciendo en la actividad económica. (En este entorno parece absurda la ¿polémica? establecida entre la patronal -abaratar el despido- y el Gobierno -¡jamás!-: el despido más barato que existe es el cierre de la empresa: muchas empresas van a despedir a coste cero porque muchas van a bajar la persiana).

¿Qué va a suceder?. Pienso que alguien, en un ignoto lugar, está elaborando un informe sobre LA situación en los próximos cuatro o cinco años; entre otras cosas en ese informe se estima la pasta de que se va a disponer y los gastos que habrá ineludiblemente que hacer. Eso, continúo pensando, está sucediendo en la mayoría de los países.

Esa lista de gastos que-habrá-que-hacer pase lo que pase la encabeza la “Percepción Asistencial”: ese va a ser el último gasto que va a dejar de hacerse antes de que se derrumbe todo (y todo no se va a derrumbar). Podremos llegar a ver carencias hoy inimaginables, socavones inmensos en las calles de las ciudades, servicios públicos de calidad semejante a la que hoy tienen muchas “economías emergentes”, cortes en el suministro eléctrico, todo aquello que sea horrible y que quieran imaginar, pero esa percepción asistencial, auténtico Subsidio de Subsistencia, no va a desaparecer: lo poco que haya se repartirá, ni por moral ni por ética, sino porque debe ser así.

(El déficit USA: dice el Presidente Obama que hay que reducirlo: ¿ahora?, ¿con una crisis sistémica llamando a la puerta?. Existen -han existido, hasta ahora- dos tipos de déficits: el USA y el resto. El déficit USA ha sido como una megatarjeta de crédito que las demás economías íbamos recargando a fin de que su tenedor, USA, nos fuese consumiendo todos nuestros excedentes productivos que íbamos incrementando a fin de poder crecer, pero eso implicaba la necesidad de que USA nos los consumiese, lo que incrementaba su déficit. El que siempre dice cosas desde el fondo dice que eso es sólo aplicable al déficit exterior; no, que va, al interior también: el Estado es el consumidor nтº N, y si encima va reduciendo sus ingresos ... . Por cierto, USA no ha estado haciendo lo que le daba la gana porque fuese una superpotencia, era una superpotencia porque hacía lo que le daba la gana).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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