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Rayos y Brotes

Santiago Niño Becerra - Lunes, 01 de Junio ¿Cómo van los "Rayos de Esperanza"?, ¿cómo los "Brotes Verdes"?. Mucha pasta se ha ido inyectando en el sistema para sostener al sistema: los famosos planes de (lo-que-sea-para-lo-que-sea); mucho se ha estado jugando con la psicología colectiva a fin de que la población -los votantes: aquí el 7-J, allá las encuestas- crean de que "este" es EL milagro que se estaba esperando, pero continúan cerrando tiendas, cerrando talleres, cerrando fábricas; lentamente, pero sin pausa. Y "esto" no ha funcionado / no va a funcionar porque:

ilustración—En todas partes el nivel de endeudamiento privado es pavoroso, en algunas el público ya lo es y en el resto lleva camino de dispararse como contrapartida a un conjunto de gastos que caben en el apartado de “esto”.

- El exceso de capacidad productiva es desmesurado, inasumible, capaz de un nivel de producción incapaz de ser absorbido por una demanda en retroceso, una capacidad creada para un nivel de consumo que ya no se da ni se volverá a dar.

- No importa el nivel de precios actual: la oferta de commodities es tendencialmente decreciente, y eso hipoteca los posibles desarrollos de los planes actuales, independientemente de que sean factibles o no, es decir, los planes de———parten de una base que hoy se sabe falsa: que la cantidad de commodities de que puede disponerse es inagotable.

- La tecnología ya permite que cada vez se necesite menos factor trabajo para producir la cantidad de bienes y servicios que se necesite en el menor tiempo posible, y esa tendencia va a ir a más porque a través de la productividad y de la eficiencia es la a través de la única puerta factible de la que puede superarse la crisis sistémica ante la que nos hallamos; por tanto, cada vez será necesaria una menor cantidad de población activa / ocupada, por lo que el desempleo del factor trabajo tiende, primero, a aumentar, después, a estancarse en un nivel elevado, desmesurado, en cualquier caso, para los parámetros actuales.

- Los balances de las entidades financieras, en todas partes, continúan llenos de porquería, una porquería que no puede ser eliminada porque, de hacerlo, habría que poner patas arriba el sistema financiero, algo que aún no está preparado el sistema para hacer; por ello se está permitiendo a esas entidades financieras que hagan cosas que, a la larga, empeorará su situación, como endeudarse a bajo precio con los Bancos Centrales y mantener en sus balances esa porquería como si no lo fuese.

Los déficits de los Estados de todo el globo están alcanzando cotas de vértigo y continúan subiendo. El mecanismo mental que se ha acuñado para tal situación es ingenioso de lo simple que es: “El déficit no importa”, lo malo es que sí importa: importará mañana; lo pésimo es que ese déficit es necesario para llegar a mañana.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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