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Show

Santiago Niño Becerra - Viernes, 25 de Julio Cada año tiene lugar un show, un acontecimiento de alcance mundial que puede ser elevado a la categoríт­a de show; el de este año tuvo lugar entre los díт­as 7 y 8 de Julio: la reunión del G-8.

Si les dijese que me comprometo a que en el 2040 habrá gatos domésticos de cuatro colores, ¿me creeríт­an?. Si fuesen absolutamente lógicos y no se dejasen llevar por sus impulsos me preguntaríт­an con qué elementos iba a contar para conseguir tal hazaña, ¿no?. (Y mientras están leyendo esto se estarán preguntando qué tiene que ver con la reunión del G-8 en Toyako; pues tiene que ver, y mucho.

Los gobernantes reunidos en esa ciudad japonesa (de profesión políт­ticos) se han comprometido a una serie de cosas con fechas como 2020 y 2050, además, se han comprometido a soltar una cantidad de pasta de impresión para mitigar los efectos de la crisis alimentaria; gobernantes que en el 2020 estarán retirados de la políт­tica y que en el 2050, posiblemente, ya no existirán como personas. Pero algo asíт­ es noticia, porque lo han firmado en un papel que mañana, cuando estalle la crisis con toda su virulencia, será un mero recuerdo.

Vamos a ver, en base a como han ido las cosas hasta ahora, ¿qué credibilidad tiene el compromiso de reducir entre un 25% y un 40% las emisiones de gases de efecto invernadero (gei), y de disminuirlas el 50% para el 2050?. De entrada, y “yendo el mundo bien”, los incumplimientos a compromisos parecidos han sido clamorosos, ¿se imaginan como van a ir las cosas cuando el mundo vaya realmente mal?.

Se está pretendiendo un imposible: seguir con nuestro modo de hacer las cosas, tocando alguna chorradilla -como elevar la temperatura de los termostatos en Verano-, cuando precisamente ese modo de hacer las cosas que se pretende mantener está basado en el hipergasto y en el desperdicio.

La única manera de reducir las emisiones de gei, pero reducirlas de verdad, es a través de la tecnologíт­a, de la productividad, de la eficiencia (ya lo hemos dicho: la mierda que sale por una chimenea, lo único que está poniendo de manifiesto es que el proceso productivo que la genera es ineficiente: “contaminación” = “desperdicio”). Si se diseña una tecnologíт­a realmente productiva y eficiente, la contaminación caerá en picado, pero claro, eso tiene consecuencias, como abandonar el transporte individual y pasar al colectivo, o poner de manifiesto que sobra el 60% de la población activa. Bajo nuestro modo de ver las cosas, eso suena feo, ¿verdad?.

Crisis alimentaria producida porque no se producen suficientes alimentos para alimentar a la población mundial. Si se incrementase la productividad agraria, se produciríт­an más alimentos. En ese razonamiento, ¿está contemplado el consumo extra de recursos que supone aumentar la productividad agraria?. ¿Por qué no se lee el problema de otra manera?: existe un exceso de población.

Ya lo he citado en otra ocasión: vuelvo a hacerlo. Uno de los mayores expertos mundiales en temas demográficos, Giovanni Sartori, co-autor de “La tierra explota” (en español: Ed. Taurus) decíт­a en el 2003: “Somos muchos, demasiados para este sitio tan pequeño. A principios del siglo XX éramos 1.600 millones. En los años veinte, 2.000. En 1968, año de la publicación de la Encíт­clica Humaníт¦ Vitíт¦, que condenaba el control de natalidad, 3.500 millones. Hoy somos 6.000 millones. Y en el 2050, a este ritmo, seremos 9.000 millones de personas. Estamos destruyendo los recursos naturales que no pueden reponerse. (...) Está muy bien ayudar al Tercer Mundo. Etiopíт­a teníт­a en los años treinta entre 6 y 10 millones de habitantes. Hoy tiene 60, y en el 2050 tendrá 110 millones de personas. (...) Reducir el consumo en los paíт­ses desarrollados no sirve de nada. Ha tocado techo. Lo malo será cuando los chinos dejen la bicicleta y cojan el coche”.

Dentro de muy poco tiempo, un par de años, no más, se pondrá de manifiesto que todo esto que ahora se está diciendo, todos estos compromisos, son menos que nada, fundamentalmente porque el escenario en el que se dijeron en nada se parece al escenario en el que han de tener que cumplirse. Palabras vacíт­as; pero, de momento, mientras la música continúe sonando, el show debe continuar: es parte del guión.

(Los 300 millones de aquíт­ para las empresas inmobiliarias “en dificultades” (bórrenlo: no es para eso), los 25.000 millones de allá  -serán los primeros- para dos hipotecarias que se derrumban, no van a servir para lo que se quiere que sirvan: evitar la crisis sistémica, y abrirán la caja de las peticiones: “¿por qué a mi no, porque soy menos guapo?”.

El Estado, ¿no debe intervenir?, pues no, ahora no: los que ahora lloran para que el Estado intervenga fueron los que en los 80 más vociferaron para que dejase de hacerlo; se les hizo caso (las cosas teníт­an que ser asíт­), por ello ahora estamos en un lugar en el que la intervención no se lleva, no ha de hacerse, no toca. Pero estos que reclaman, que piden más Estado, ven que su tema se acaba y quieren volver a aquello, pero ya no es posible, por eso no va a servir de nada (bueno, alguien ganará un mucho de pasta, como siempre). Entonces, ¿qué debe hacer el Estado?, pues preparar la crisis: poner tablas en las ventanas, evacuar a quienes residen cerca de la costa, repartir raciones de emergencia, reforzar los diques y los puentes, adecuar polideportivos para alojar a desplazados, ....

Aquíт­ van a hacer -dicen- 1,5 millones de viviendas de aquíт­ al 2018 (otra vez el 2018), ¿con qué las financiarán?, ¿quién concederá los créditos a quienes deberíт­an adquirirlas?, ¿quien empleará a esos quienes?. “¡Cállate!, ¿cómo se te ocurre preguntar eso?”.

En esta líт­nea: el 10,44% de desempleo, ¿parece mucho?; espérense a después de Noviembre. ¿Las previsiones de crecimiento?, las bajarán más, Y el plan económico del principal partido de la oposición es muy bueno: dicen de congelar el gasto, ¡claro!: no habrá pasta que gastar porque la recaudación se va derrumbar, y hablan de bajar impuestos, ¡como no!: habrá mucha menos base imponible porque la actividad se va a hundir. 14 de Agosto: resalten en rojo esa fecha en su agenda: el 14A).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economíт­a IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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