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The Washington Consensus is coming back

Santiago Niño Becerra - Lunes, 03 de Mayo Lean detenidamente y con cuidado el primer párrafo del magnífico artículo que El País del 30.04.2010 publicó en su Pág. 22 y en el que se abordan las líneas hasta ahora conocidas del plan de ajuste que acompañará al plan de ¿ayuda? que "se está elaborando" para Grecia:ilustración "La medicina que prepara el Fondo Monetario Internacional para salvar a Grecia del desastre financiero implicará unos sacrificios sin precedentes para el país. La Unión Europea y el FMI exigen a Grecia que aplique un drástico recorte salarial para los funcionarios y fuertes subidas de impuestos como condición para concederle auxilio financiero durante los próximos tres años". Ahora cierren los ojos, ¿verdad que podría haber sido escrito a finales de los 80 y estar referido a un país latinoamericano?.

¿Qué quiere decir lo anterior? pues que aunque las formas se mantienen porque hoy el respeto es algo incuestionable, en la práctica la economía griega se ha convertido en la de un país subdesarrollado y como tal es tratada; más aún atendiendo a la fotografía que acompañaba al texto referido y en la que se mostraba a un destacamento policial equipado como nuevos guerreros cargando, en una calle de Atenas, contra una muchedumbre en manga corta: perfectamente podría haber sido tomada en Túnez, en Enero de 1984, durante los Conflictos del Pan. En eso se está convirtiendo Grecia, hacia eso está caminando Europa. Porque “lo de Grecia”, pienso, es un ensayo.

Las medidas propuestas por The New Washington Consensus (NWC) no van a generar fondos equivalentes al 10% del PIB actual (30 miles de millones de euros) en dos años, que es lo que las medidas dicen pretender, ni aún sumiendo en la pobreza a gran parte de la población griega porque, pura y simplemente, es imposible. De entrada porque los recortes salariales, los aumentos de impuestos, la reducción del modelo de protección social y, muy importante, la congelación absoluta del crédito llevará a una caída del PIB, por lo que la base imposible sobre la que recaudar será menor y la mora en el pago de impuestos aumentará; luego ese gap del 10% que se pretende reducir no se cerrará. Añadamos a eso el creciente porcentaje del presupuesto de gastos que tendrá que ser destinado al pago de los crecientes intereses por deuda, créditos, préstamos y similares.

Pero tampoco será alcanzable porque físicamente no lo es: si hoy Grecia no puede pagar lo que debe, de ahí que precise ser “rescatada”, ¿cómo demonios va a poder pagar eso más todo lo que se le viene encima si el país va a empobrecerse debido a ese plan del NWC?, y ello en una atmósfera de crisis sistémica en la que el conjunto de economías está a punto de entrar. Entonces, ¿para qué ese plan?, ¿para qué un NWC?.

En el mundo actual -siempre, de hecho, pero hoy mucho más- lo importante es lo que se cree, no lo que es. Hay un grupo de megainversores que tienen deudas griegas en el armario, megainversores que, pienso, han continuado comprando deudas griegas porque a medida que subía su precio más iban, mañana, a ganar (los discursos de la Señora Merkel, por ejemplo, han contribuido a eso), porque sabían -saben- que van a cobrar; claro que aún no tienen claro como van a hacerlo, pero está fuera de toda duda que van a cobrar.

Pero esta situación, por terrible que pueda parecer y aunque parezca un contrasentido, debe ser estable porque ellos, esos megainversores, han de dar la imagen de que todo está bajo control, de que sus organizaciones se hallan por encima de los problemas que pueda tener la economía griega. “la economía, ¿de dónde?”. Y para ello se ha de establecer un plan de limpieza que muestre que esa situación se va a mantener bajo control, y; ¿cómo, en el modelo vigente, se da esa imagen?, pues recortando lo que se considere prescindible: todo aquello que distraiga fondos del fin buscado: dar la imagen de que se está en el camino de poder devolver los créditos obtenidos, aunque no vaya a ser así.

The Men in Black ya han llegado a Grecia y han trazado un plan de acción (no han tenido mucho trabajo: tan sólo han tenido que desempolvar y actualizar algún antiguo diseño del Consenso). Con este plan han dado (a quienes tienen que recibirlo) el mensaje de que Grecia no va sumirse en la anarquía financiera, por lo que se garantiza que quienes tienen deudas griegas van a cobrar; ¿cómo?, ya lo veremos, pero cobrarán. Y, como en el Consenso original, el NWC está dando pistas por donde van a ir los tiros en el futuro en todas aquellas actuaciones que vayan a tener que hacer, que sea menester hacer; en los PIIGS, si, pero donde además sea necesario, adaptando, claro está, el plan a las características de la economía a ¿sanear?.

¿Los costes sociales de tal proceder?, los que correspondan: tenemos los ejemplos de lo que aconteció en Latinoamérica, en el Magreb, y eso que aquí, en Europa, aún funciona el modelo de protección social, que algo amortiguará; algo, a pesar de los recortes (adicionales) que el plan del NWC ocasionará. “Es inevitable actuar así: lo requiere el modelo”, dice el del fondo, y tiene razón.

¿El dinero que se le va a dar (hoy) a Grecia?. Asegurar la posición unas semanas para comprar más deudas y mejorar la posición de cara a mañana; total, como esos fondos se los van a dar otros ...: los miembros del área euro, España entre ellos.

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




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