La Carta de la Bolsa La Carta de la Bolsa

USA

Santiago Niño Becerra - Jueves, 01 de Octubre ¿Dónde está USA?, ¿en qué punto se encuentra su economía?, y su sociedad, ¿cómo respira?. ilustraciónSi se oye a sus políticos, a algunos expertos, a algunos muy altos directivos de banca, parece que los nubarrones desaparecieron hace ya semanas y que ahora lo único que queda en el cielo es una suave neblina que dentro de nada será barrida por el viento de la sólida recuperación y del firme crecimiento. ¿Es eso lo que puede percibirse a nivel de la calle?.

El pasado 30 de Agosto, El País Negocios publicó un texto de Paul Krugman; uno de los párrafos de tal texto es estremecedor. En el período 1980 Ѣ€” 2007, es decir, en el período en que se diseñó, coció y expandió el modelo que ha desembocado en la actual situación, mientras que las rentas reales del 1% más rico de la población crecieron el 600%, las de las familias medias lo hicieron el 22%. Tremendo, ¿no?, si pero más tremendo si se tiene en cuenta que entre 1953 y 1980 las rentas de esas familias medias habían aumentado el 66%.

En USA, entre el momento en que comienza el estado de bienestar que tras la II Guerra Mundial se fue extendiendo a muchos lugares del planeta (y que en USA ha sido muy endeble), y el fin de la fase “el mundo va bien”, ha habido una clase que se ha enriquecido y otra que se ha empobrecido, todo ello en términos relativos, cierto es. Interpretaciones económicas y sociales las que quieran, pero vayamos directamente al final: unas personas -una minoría- han sido cada vez más importantes para el sistema, para que funcionase, para posibilitar su desarrollo, mientras que otras personas -la práctica totalidad- cada vez lo ha sido menos.  Obviamente las primeras han ido ganando poder político, mientras que el de las segundas ha ido disminuyendo. Entre una cosa y la otra, las primeras han ido viendo como la cantidad de PIB que controlaban ha ido aumentando mientras que iba descendiendo el trozo de PIB controlado por las segundas. No sé si es triste, o no; o si es justo, o no: en eso aquí no entramos; pero lo que sí sé es que es un hecho.

“Pero USA ha crecido”, dice el del fondo. Si, USA ha crecido porque 1) los capitales del resto del mundo hacían cola para entrar en USA por lo que USA tenía financiado todo lo que se le ocurriera hacer, y 2) porque a su ciudadanía, fundamentalmente desde 1991, se le dio crédito a mansalva, es decir, se permitió a su población que se endeudase hasta las pestañas. Los capitales exteriores financiaban un dólar que, aunque cada vez valía menos, seguía siendo la divisa de referencia; la gente de a pie: las familias medias, consumían a crédito lo que sus rentas no podían: no justificaban. Y ese modelo ha funcionado de puta madre hasta que los enjuagues financieros han alcanzado un nivel insostenible y hasta que el nivel de deuda ha llegado a un límite físicamente insoportable.

En el interior las cosas, como era obvio, han seguido un camino paralelo al recorrido en el exterior. Como el consumo ha ido teniendo un peso creciente en el PIB, es decir, como el PIB USA ha ido siendo generado, crecientemente, por el consumo interno (hoy casi el 70% del PIB USA lo genera el consumo), cuanto más consumía la población USA, más elevado era el PIB USA (que gran parte de ese PIB fuese ficticio porque no estaba pagado no importa ahora).

Si la población consumía, pagaba impuestos. Cierto es que la fiscalidad media sobre el consumo en USA es menor que la europea, pero daba igual: como el monto total gastado en consumo era tan monstruoso, la recaudación fiscal derivada de ese monto era elevadísima, ello se complementaba con una fiscalidad directa también menor que la europea, pero de la que escapa muy poca gente. El caso es que tanto el Gobierno federal como los de los estados de la Unión tenían pasta para gastar (en qué se gastaba también es otra cosa que ahora no importa).

Desde Septiembre del 2007, y más en concreto desde la quiebra de Lehman el derrumbe, a cámara lenta, eso si, está siendo imparable, como imparable ha sido la cantidad de pasta que de forma directa e indirecta el Estado USA ha estado metiendo en su economía. Las entidades financieras USA han salvado los muebles por toda esa pasta que les han “prestado” (las comillas vienen a cuento porque mucha de esa pasta no ha sido devuelta) y porque han sido aceptados como buenos la inmensa mayoría de los activos que esas entidades financieras tienen en sus balances; y pasta más reconocimiento igual a cotizaciones bursátiles para arriba (a todo el mundo le conviene).

Pero para las familias medias las cosas no han funcionado igual. La actividad económica está cayendo, por lo que el desempleo y el subempleo están aumentando, a la vez que la recaudación fiscal disminuye, y eso sucede en un país en el que el modelo de protección social es prácticamente inexistente: el 17% de la población no dispone de cobertura sanitaria porque no puede pegársela y el 65% de quienes si la tienen la tiene porque se la suministran las compañías en las que trabajan ... mientras trabajen en ellas, claro; a la vez, el subsidio de desempleo tan sólo es percibido durante 26 semanas como máximo. Menor actividad, menor consumo, más desempleo, menos recaudación, más necesidades sociales, ... A todo esto se añade el derrumbe del valor de las viviendas, lo que anula la posibilidad de rehipotecarlas.

Son numerosas las administraciones locales y estatales USA que están aplicando recortes de gastos (algunos de ellos inimaginables en Europa ... aún) porque los dineros que recaudan no les llegan para cubrir la creciente demanda de servicios, pero la envoltura que se muestra es la de que la economía se está recuperando.

En mi libro “El crash del 2010” me refiero con detalle a USA, y la realidad, a cada día que pasa, no hace más que reforzar esos párrafos. La economía USA llegó a su máximo probable en 1991, antes de la I Guerra del Golfo; a su máximo posible en el 2000, antes de la explosión de la burbuja dotcom; y a su máximo virtual en el 2007 justo antes de la manifestación de la problemática subprime. A partir de ahí, con amortiguadores, con ayudas, con lo que se quiera, para abajo. Es decir, la economía USA ha entrado en un declive permanente y, consecuentemente, el estándar de vida de su población media, también. ¿Independientemente de la cotización bursátil de sus valores bancarios?, sí, independientemente.

“Entonces, si USA está así, ¿cómo estarán otras economías?”, pregunta el del fondo; pues deduzcan Uds. mismos.

(Presupuestos del reino. No, no se asusten: no voy a hablar de lo que todo el mundo habla, prefiero centrarme en lo aquello de lo que no se dice nada, o muy poco.

- Presupone el Gobierno que el déficit se va a ir reduciendo a partir del año en curso, ¿por qué?, ¿en qué se basa?, ¿en que los ingresos públicos van a ir aumentando?, ¿en que el gasto público se reducirá?. Dice que en el 2012 será del 3%, más o menos como en 1998: cuando “España iba bien”; ¿quiere eso decir que en el 2012 “España volverá a ir bien”?. (Ya saben lo que yo pienso: que de cara a lo que viene aún no ha sucedido nada).

- Dice el Gobierno que la deuda pública: va a continuar aumentando a pesar de que el déficit va a ir disminuyendo. En teoría es posible, sí, pero un poco rebuscado, ¿no?. Ese, el de la Deuda Pública, es otro tema. Un Estado emite Deuda y da por supuesto que alguien se la comprará, ¿si?, ¿por qué tienen que comprársela?; lo harán si el precio es el adecuado, si la rentabilidad es la esperada, si la garantía de ese Estado es la correcta. ¿Creen Uds. que el Reino de España va a continuar ofreciendo correctas garantías?. Hace un par de días hablé de este tema con una persona que, de mercados, sabe mucho, pero mucho, mucho, y me dijo que si, que las deudas de los países serían compradas pero que los tipos de interés subirían muchísimo. Bueno, siempre podemos dejar en prenda alguna cosa, por ejemplo los ingresos que se obtengan de las visitas al Museo de Prado, al Museo Picasso y al Guggenheim; cosas parecidas ya se hicieron en el pasado.

- Dice el Gobierno que aunque la Deuda Pública crezca, en porcentaje sobre el PIB será menos que la media europea. Si, pero es que no significa lo mismo que, por ejemplo, la Deuda Pública española sea el 60% del PIB español que la de USA sea el 95% del PIB de USA, o que la media de la Deuda Pública europea se halle situada en el 80%. No me extiendo: ya saben porqué.

- Mi lectura: por los datos que en ellos figuran, por los argumentos utilizados por la Señora Ministra en su presentación, los del 2010 son unos presupuestos de aguante, de llegar a mañana, de “ya veremos lo que hacemos cuando no salgan los números”. Lo que no tengo claro es que se pudieran haber hecho otros sin romper la baraja, porque claro, los partidos que no están gobernando pueden gritar cuanto quieran contra estos presupuestos, pero, ¿estarían dispuestos, aquí y ahora, a romper la baraja?). 

(Parece ser que soy de los que disiente: que los precios en el reino bajen, y bajen, y continúen bajando, no es que no sea bueno, al revés, es muy malo; ¿por qué?, pues porque la bajada no es causa de una mejora de la productividad, sino del hundimiento del consumo, y si no se consume no se genera PIB, es decir, y sobre todo en España, no se crea ocupación. Siete meses cayendo los precios, ¿es eso deflación?, no; hay deflación cuando los precios caen, claro, pero es mucho más que eso: es un estado: la Gran Depresión, y a eso aún no hemos llegado: llegaremos).

(Ya estamos otra vez. ¿Se dan cuenta quienes critican la pensión del Sr. Goirigolzarri que criticar esa pensión equivale criticar un acuerdo que en su día tomó un órgano soberano como es la Junta de Accionistas del BBVA, acuerdo que, en su momento, nadie criticó?. Ojo con lo que se critica porque, a veces, criticar algo equivale criticar otro algo que está mucho más arriba y que no conviene criticar, o sí, pero, entonces, las cosas han de hacerse de otra manera).

Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.




[Volver]